Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: domingo 10 de febrero de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
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Tiene que informar todo lo que debe informar, no a los medios, sino a través de ellos, al pueblo de Quillacollo, a sus ciudadanos que son verdaderos titulares de esa instancia administrativa. De lo contrario se entregará a la voracidad del pueblo y periodistas, que a fuerza de no encontrar una fuente fidedigna, confiable, seguramente apelarán a fuentes indirectas, extraoficiales, a especulaciones, para cumplir su deber de fiscalizar e informar.
Esto horroriza. Quienes circunstancialmente llegan a través del poder político a instancias de gobierno, llámese gobernaciones, alcaldías y otros, siempre tratan de evitar contacto con periodistas. Desconocen el ordenamiento legal; Arts.106 y 107 de la Constitución sobre el derecho a la información y a la comunicación, sobre el derecho a ser informados. Que se sepa, todos, absolutamente todos, tienen derecho a saber qué pasa en la Alcaldía, de lo contrario despertará sospechas quien no informa.
Nada de show mediático, ha dicho el nuevo alcalde Antonio Montaño, en sus primeras declaraciones a los canales de televisión. Pero el primer show mediático a horas de su juramento se lo debemos a él. Que su hijo, sus sobrinos y la explicación sobre su hermana de ser funcionaria con antigüedad, ya es un show, que se supone lo ha montado alguien, no los medios, para mostrarse, como dijo Jayta, “mis manos están limpias de corrupción.” Que sus allegados, familiares renuncien a sus funciones a la hora nona, no es atenuante y no le libera de ser sospechoso de nepotismo y de uso de influencias. Tendrá que explicar cómo ha sido el proceso de contratación de esos familiares suyos.
Quillacollo necesita recuperar su credibilidad edilicia. Su manejo administrativo ha sido vulnerado no solo en éstos trece últimos años, sino desde que se ha institucionalizado la Ley de Participación Popular que incorporó a instancias locales los poderes políticos y administrativos para buscar mejor bienestar de la ciudadanía, que no ha sido comprendida por los quillacolleños. Que me acuerde, siempre hubieron inesperados cambios, enlodados en toda clase de acusaciones que no ha dejado marchar a ese municipio.
Los alcaldes no han sabido rodearse de gente con méritos de conocimiento, profesionales que sepan de administración edil. Ahora mismo el Alcalde se presenta con ex asesores de Jayta. Todo es improvisado. Han llegado a ser empleados ediles aquellos que han pintarrajeado calles en la campañas, los que han marchado ondeando banderas de sus partidos, no por convicción, sin por peguismo. ¿Algún día acabará esta otra forma de corrupción?