Medio: La Razón
Fecha de la publicación: jueves 07 de febrero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Es justamente limitar el caudillismo el objetivo de la ley que impone a partir de ahora a los partidos realizar elecciones primarias, como una forma de democratizar a las organizaciones políticas. Esta preselección vigente en muchos países es una forma de institucionalización de la política, y a mediano plazo puede ser un aporte a la eliminación del caudillismo. Que la oposición se rasgue las vestiduras diciendo que no “eran necesarias” porque sólo había una fórmula inscrita por organización política, es casuístico, la ley no puede modificarse porque no se haya inscrito más que una candidatura. Es una absurda impostura, pedir —como se pidió— que se suspendan las elecciones porque no había candidaturas alternas, eso equivaldría a modificar la ley y restar seriedad a una institución creada. Lo paradójico es que estas posiciones vienen de quienes reclaman “respeto a la institucionalidad”. Las otras críticas que rayan en lo demagógico es cuestionar el “gasto” de Bs 27 millones para realizar las elecciones primarias. Esta repentina racionalidad de quienes en su momento permitían que las transnacionales petroleras se llevaran del país $us 2.000 millones al año en contra de los intereses de la nación, al entregar los hidrocarburos a las transnacionales y luego, al no nacionalizarlos, no es sólo cínico, sino un insulto a la inteligencia de la ciudadanía.
En cuanto al balance de las elecciones primarias, quedan demostradas al menos tres cosas: primero, es un proceso legítimo que contó incluso con observadores de la OEA, organismo obsecuente a las directrices imperiales. Se legitimó la elección como proceso, pero también se ha legitimado a todos los candidatos. Esto es un revés a los que han basado hasta ahora su campaña en la utilización del 21F como argumento. Segundo, queda claro que en los hechos la única organización política del país con solidez, presencia nacional y estructura orgánica es el MAS, que ha obtenido casi medio millón de votos de militantes, en una elección en la que no había obligación de votar. Tercero, también queda claro que los partidos opositores sólo existen en las redes sociales y en la prensa funcional a la derecha. No sólo que algunos apenas pasaron los diez mil votos, sino que otros solo obtuvieron votación en algunos departamentos. Esto explica la irracional e irresponsable convocatoria a última hora a no votar que hicieron desesperadamente algunos candidatos en su desesperada orfandad.
Queda claro que sería una gran irresponsabilidad para un país que avanza, que caudillos sin organización ni militantes, sin programa, con antecedentes nefastos de cuando fueron gobernantes, indecisos e incoherentes pretendan hoy “rescatar” la democracia con el “No” como único argumento. El pueblo tiene memoria, el pueblo tiene conciencia.
* Abogado.