“Estamos pidiendo la intervención casualmente de países amigos, para que ellos vean y busquemos, entre todos, la designación de personas honorables, idóneas, independientes (en el TSE) y que puedan manejar los procesos en forma transparente”, dijo Cuéllar.

El cívico cruceño sostuvo que el Tribunal Supremo Electoral carece de confiabilidad y credibilidad, por lo cual sus actuales autoridades no deberían llevar adelante procesos electorales. “Por dignidad, todo el pueblo boliviano les viene pidiendo su renuncia”, agregó.

Los cívicos se reunieron en Tarija, con la participación del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) y algunos representantes de organizaciones políticas.

El presidente del Comité Cívico de Tarija, Juan Carlos Ramos, indicó que en la reunión se evaluó el cumplimiento del acuerdo firmado en Santa Cruz en defensa de la democracia y el 21F y, además se redactó notas dirigidas a la OEA, el Grupo de Lima y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El Grupo de Lima está conformado por países latinoamericanos, entre ellos Chile, Argentina, Brasil, Colombia y Perú, que ya han expresado su rechazo al régimen de Nicolás Maduro, y manifestaron su reconocimiento a Juan Guaidó como presidente de Venezuela.

Ramos indicó que se conformó una comisión que se encargará de llevar la nota a la CIDH, que sesionará este febrero en Sucre, para pedir audiencia.

En la reunión de cívicos también se encomendó “a las organizaciones políticas a realizar todos los esfuerzos y fijar las mejores estrategias para construir la unidad”, según publicó el Comité Pro Santa Cruz.

Tanto los comités cívicos como las plataformas y partidos de la oposición, desde el año pasado rechazaron la realización de las elecciones primarias porque el único objetivo de ese proceso electoral, según su lectura, era habilitar la candidatura observada de Evo Morales.

Fueron 27 millones de bolivianos que se gastó para esta elección, recursos provenientes de Tesoro General de la Nación.

El proceso electoral que se realizó el pasado 27 de enero estuvo caracterizado por una gran ausencia de votantes. Ni el 50 por ciento de los militantes del oficialismo asistió a apoyar a Morales a pesar que el líder del MAS dijo que darían un “mazaso” a la oposición.