Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: jueves 07 de febrero de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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En Bolivia, en los últimos años, hubo varias de estas expresiones. Un ejemplo nítido es la declaración del presidente Evo Morales, quien admitió en 2016 que había tenido un bebé, pero luego cambió de criterio y dijo que ello había sido inventado “por la derecha”. Posverdad típica.
Hace algunas semanas, Página Siete hizo un recuento de otras posverdades más recientes de las máximas autoridades. Por ejemplo, que la de 1952 no fue una revolución, sino una simple “insurrección”; que el fallo de La Haya no fue un fracaso para el país; que Bolivia vive la “época de zafiro” del gas; que “en un mes” el Gobierno resolvería el problema de la salud (como si no estuviera a cargo de ella); o que no hay niños en Bolivia que se vayan a la cama con hambre.
Todo esto es sorprendente. Haber señalado que en Bolivia no hay niños que se acuestan sin comer es una de las aseveraciones políticas más increíbles del último tiempo. Es como decir que Bolivia llegó a la final del Mundial de fútbol.
Otro rasgo de posverdad se da cuando las principales autoridades dicen una cosa y luego se desdicen o dicen que no querían decir lo que dijeron. Igualmente los ejemplos abundan; es un burdo esfuerzo de tratar de imponer una versión de la realidad, aunque a todas luces ésta esté fuera de ella.
Podría pensarse también que esta situación se debe al nerviosismo de las autoridades, inseguras como están de actuar en el presente escenario, que muestra tantos signos adversos al régimen de Evo Morales, como una baja en su popularidad, un alineamiento internacional contrario a sus intereses y problemáticos prospectos económicos, sobre todo por las dificultades de vender gas a Brasil a futuro.
Es posible que ante una situación así, y la posibilidad de que 2019 sea un año muy complicado para el Gobierno, al punto de perder las elecciones de octubre próximo, es que las autoridades presenten una especie de incontinencia verbal, distinta a la del pasado. Los excesos de Morales sobre las mujeres, por ejemplo, empezaron en el momento mismo de su mandato, y las presuntuosas alocuciones del Vicepresidente han sido cosa común. Pero intentar cambiar la realidad, ya de manera tan evidente, es nuevo.