“Hay concejales que tienen trabajando a sus familiares. Uno de ellos, incluso,  tiene a sus seis hijos. Total nepotismo,  a excepción de Roberto Vargas, quien no tiene a ni un pariente trabajando. El municipio de Quillacollo se ha vuelto un botín de guerra, el banco de las autoridades”, afirmó Herrera a Página Siete.

El nuevo alcalde de ese municipio, Antonio Montaño, del Frente Para la Victoria (FPV),  no se salva de esa acusación. Ayer, la concejala Angelina Zeballos  -también del FPV- presentó ante el Viceministerio de Transparencia una denuncia por  nepotismo contra Montaño.    

La denuncia también fue interpuesta  contra el exalcalde electo Eduardo Mérida (FPV)  y los concejales Héctor Montaño, (FPV) y Valerio Ramos (MAS).

“El alcalde suplente (Montaño) tiene a su hermana trabajando como secretaria... Pediré la investigación a la Fiscalía para que actúe de oficio. Estos son clanes”, sostuvo Zeballos, quien afirmó   que los parientes de las autoridades ediles que estarían trabajando en ese municipio “son de primer, segundo y tercer grado”. 

El alcalde suplente Montaño  admitió que su hermana trabaja en la Alcaldía, pero sostuvo  que su pariente está en esa fuente laboral  desde hace 32 años. En ese marco, el burgomaestre  anunció que consultará a abogados especialistas en temas laborales.

“Mi persona no realizó ninguna designación y no se me puede acusar de nepotismo. Sólo pido que se me deje trabajar. Seguramente tomaré medidas drásticas desde hoy, revisaré las planillas”, manifestó Montaño, reportó Red Uno. 

Herrera informó que los actos de presunto nepotismo y de corrupción fueron denunciados desde la gestión del exalcalde Mérida, por lo que lamentó que las autoridades no hayan realizado, desde entonces, el seguimiento  que corresponde.  

“Ante estas denuncias nos han respondido con juicios penales. Tenemos cuatro juicios penales por los hechos de corrupción, de nepotismo”, manifestó Herrera. El dirigente comentó que en  el allanamiento al domicilio del exalcalde Zacarías Jayta el Ministerio Público  encontró, en su jardín, hasta plantines que eran propiedad del municipio.

  Jayta, quien fue designado como alcalde suplente en reemplazo de Mérida, es acusado -junto con Víctor Osinaga del MAS- por presuntos hechos de corrupción. El caso salió a la luz luego de que se difundiera un audio en el que se escucha hablar sobre la distribución de coimas.

 “El remedio fue peor que la enfermedad. En seis meses,  un grupo ya organizado de autoridades consumaron actos de corrupción descaradamente. Están trabajando sus hijos, el nepotismo  afloró... Es algo inconcebible”, lamentó Herrera. 

Quillacollo,  sumido en conflictos municipales, ya cambió  11 alcaldes en 15 años; y por los hechos de corrupción,  el MAS determinó expulsar a su concejal Osinaga, reportó Opinión.

El presidente de Control Social de Cochabamba Richard Fernández anunció que en el marco de la Ley 341  solicitará un informe a las autoridades ediles para luego iniciar las acciones que correspondan.

La “fórmula de la corrupción” 

El viernes pasado, el exalcalde Zacarías Jayta y Víctor Osinaga fueron remitidos, con detención preventiva,  a diferentes centros penitenciarios,  por audios que revelan hechos de corrupción en el municipio de Quillacollo. 

 El presidente del Comité Cívico de Quillacollo, Iván Herrera, explicó que en el audio se escucha a las exautoridades ediles  explicar la “famosa fórmula de la corrupción”.

La fórmula consistía  -según Herrera-   en que el 50% de “las coimas de las empresas  eran para el alcalde suplente Jayta; el 40%, para el Concejo; el 9%, para los directores y los encargados en hacer los negocios; y el 1%, para los mochileros, quienes se encargaban de recoger el dinero”.

El 9 de junio de 2018, Jayta, del Frente Para la Victoria (FPV),  fue designado alcalde suplente. Luego de seis meses en el cargo renunció. En su reemplazo fue designado Antonio Montaño,  del FPV.

El concejal Osinaga, del Movimiento Al Socialismo (MAS),   ocupaba el cargo de presidente del Concejo Municipal de Quillacollo.