Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 04 de febrero de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Continuando ese propósito, poco tiempo antes del inicio de clases para el periodo educativo correspondiente al presente año, las autoridades del ministerio del ramo emitieron instrucciones en sentido de que todos los profesores, cualesquiera que sea la disciplina a su cargo, tanto en el ciclo primario como en el secundario, deben hacer conocer constantemente a sus alumnos las realizaciones del actual gobierno. Encomendaron a los directores de cada establecimiento la obligación ineludible de hacer cumplir ese mandato.
Las aludidas realizaciones son calificadas como cumplimiento del programa destinado desde los inicios de gestión a cambio sustancial del ordenamiento político anterior.
Esa visión denominada “política descolonizadora” está expuesta en la Constitución Política del Estado promulgada el año 2009 que distingue diferentes tipos de ciudadanos con quebranto del principio democrático de igualdad, pues distingue al ciudadano que es “indígena-originario-campesino” del que no lo es.
La utilización en forma asociada de los términos “indígena-originario campesino” es ajena a la realidad, pues los dos primeros vocablos hacen referencia a carácter étnico y el tercero es concerniente a función desempeñada en la sociedad. No todos los campesinos son indígenas-originarios ni todos los indígenas originarios son campesinos.
Se niega arbitrariamente que solamente un grupo reducido de inmigrantes españoles llegados desde la primera mitad del siglo XVI hasta principios del siglo XIX fue procedente de las clases altas (“hidalgos de abolengo y solar conocido”). La inmensa mayoría de colonizadores también españoles, fueron gente común humilde y campesinos, radicados en extensas zonas de los departamentos de Chuquisaca, Potosí, Tarija, Cochabamba, y en la región de Vallegrande del departamento de Santa Cruz.
Como resultado de convivencia de más de cuatrocientos años entre campesinos de diferentes etnias de España se produjo un fuerte mestizaje principalmente con los de etnia quechua que hizo desaparecer en la mayor parte del país la pureza “indígena-originaria”. A ello se suma una extraordinaria movilidad social. Todas nuestras principales ciudades tienen mayoría de mestizos, que son personas imposibilitadas de afirmar cuál es la etnia de la cual son originarias.