Al igual que otros puntos de vista conocidos en los tres últimos días, el bajo porcentaje de votantes que acudieron a las urnas, muchos de ellos obligados por el MAS con la amenaza de perder su fuente de trabajo, deja en claro que la mayoría del pueblo boliviano optó por quedarse en casa con el convencimiento de que con el 21F rechazó la repostulación del binomio oficialista, ya que no se puede desconocer el artículo 168 de la Carta Magna.

Lo ocurrido el 27 de enero, es una reafirmación de que el pueblo es contrario a la dictadura que rompe el ordenamiento jurídico al estar aplicando medidas que mellan la soberanía y la libre independencia en la que se basa la existencia de la República de Bolivia.

Frente a esa mala manera de ejercer el mando de la nación que no solo hiere la honorabilidad de las personas, sino también el respeto a las instituciones de Derecho, es preciso ejercitar diariamente la cultura de la Democracia teniendo como principio la defensa y el pleno cumplimiento de la CPE para desterrar la arbitrariedad, el nepotismo y el exceso de autoridad existentes en la actualidad.

Quienes queremos que nuestro país sea conceptuado como un ejemplo del pluralismo democrático en el Universo, habrá que infundir de valor para que el ciudadano ejerza su derecho al voto con el fin de forjar con mayor elocuencia su propio destino.

Ello será evidente en las elecciones generales de octubre donde encomendaremos el ejercicio de gobernar a nuevos mandatarios que devuelvan al país la estabilidad de la fe en el afán de tener una vida mejor para no seguir soportando la arremetida de sectores descalificados moralmente que con amenazas quieren seguir dominando a Bolivia con el fin de tenerla indefinidamente a su servicio para causarle el mayor daño posible.