Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 31 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
La votación del oficialismo apenas llegó al 5% del Padrón Electoral, un fracaso sin paliativos para una fuerza política cuyo caudillo habla de “ganar las elecciones nacionales con el 70%”.
Si bien la participación en las primarias no era obligatoria, es bien sabido que la maquinaria del MAS utiliza diversos dispositivos de coerción para llevar a las urnas a sus afiliados, la mitad de los cuales serían funcionarios públicos.
Aunque García Linera habla de tan sólo 20.000 burócratas en el gobierno, lo cierto es que éstos ascienden a más de 400.000, teniendo en cuenta a las empresas públicas y entidades descentralizadas, y sin contar a los numerosos empleados de las alcaldías y gobernaciones en manos del partido cocalero.
De manera que la escasa afluencia habla tanto de una suerte de rebelión pasiva de los militantes, como de una creciente desorganización en los mecanismos internos de control. Súmese a esto el hecho significativo de que el 10% de los votos fueron blancos o nulos.
Si las primarias hubieran contado con un marco normativo mínimamente razonable, el binomio Evo-Álvaro ya habría quedado descartado por orfandad de apoyos en su propio partido.
Con este papelón, es posible que la observación de la OEA en las primarias se vuelque en contra de los aprestos reeleccionistas del masismo, si Luis Almagro se comporta a la altura que ha demostrado en otros conflictos políticos de la región.
Las primarias de partido único y de abstención récord de las que fueron testigos los observadores del sistema interamericano deberían activar una alerta roja en la Secretaría General del organismo, que entre otras cosas podría pedir que se acelere la opinión consultiva de la CIDH sobre el bufonesco “derecho humano a la repostulación infinita”.
Todo esto también debería servir para que a nivel internacional se fortalezca la preocupación por el restablecimiento de un sistema democrático pleno en Bolivia, ya que hasta el momento el país suele ser obviado muchas veces cuando se habla de los regímenes autoritarios de Venezuela y Nicaragua, junto a los que tendría que ser inevitablemente mencionado.
Después de la convocatoria al referéndum del 21F, las elecciones primarias del 27E aparecen como un segundo gran error estratégico del Movimiento Al Socialismo. Es sintomático que el nuevo ministro de comunicación haya disparado un dardo contra el vicepresidente, calificando de “error” la estimación hecha por el segundo mandatario en la jornada previa a los comicios del domingo, cuando dijo que “habría que preocuparse” si la votación del oficialismo no llegaba al 50% de los afiliados (sólo alcanzó al 37%).
Y es que el vice ya había sido sindicado de ser el ideólogo de la fallida convocatoria del 21F, sumando ahora un segundo fiasco con esta “maniobra envolvente” que sólo envolvió al partido de gobierno.