Medio: La Patria
Fecha de la publicación: domingo 27 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Los ajetreos políticos, el movimiento de ciertos círculos ciudadanos afines a las tiendas partidarias, de forma especial la movilización de fuerzas del oficialismo con motivo de las elecciones primarias y en el otro frente la preocupación de los partidos y organizaciones de la oposición por una restringida convocatoria, dejaron en claro que todavía prevalece con mucha fuerza la acción de mando masculina y queda rezagada quizá en condición de adorno la presencia del sector femenino.
Una reunión de ciertas instituciones de oposición, mostró la representación mayoritaria de varones en un encuentro del que se esperaban resoluciones de contenidos programáticos, afines, para la conformación de un gran frente de unidad, que no funcionó y de cuya responsabilidad no asume parte de dirigentes femeninas, quién sabe mejor para ellas.
Otros eventos en que se juntaron líderes de plataformas ciudadanas, si bien tenían participación femenina, la misma estuvo disminuida frente a la presencia masculina, que lidera estos procesos políticos ideológicos en los que todavía no se incluye a mujeres libre pensantes y con serias aptitudes de liderazgo.
En el caso de los binomios partidarios, si bien se han incluido a varias mujeres, lo cierto es que tal presencia no equilibra la anunciada y esperada participación con igualdad de género, lo que posiblemente sea exigible en las elecciones generales, una vez que el liderazgo femenino cobre mayor importancia en el transcurrir de un periodo relativamente corto, que debe ser aprovechado para imponer cambios trascendentales en cumplimiento de normas vigentes.
Lo evidente es que en el sector feminista, tampoco se ha producido una promoción de dirigentes emprendedoras que busquen el cumplimiento de muchas promesas relacionadas con la igualdad de género, especialmente en materia de administración de la cosa pública. La remoción en el gabinete ministerial, tampoco incrementó el número de ministras, por lo mismo sucedió que las pocas posesionadas, algunas ratificadas, son parte de un cupo muy restringido para poner en la balanza condiciones de capacidad, voluntad y responsabilidad en el desempeño de funciones públicas.
En el país si hay algo que se reconoce como factor de equilibrio en materia de representación de género, es el parlamento, en cuyas cámaras se ha logrado un mayor equilibrio participativo entre hombres y mujeres, lo que se observa en materia de número aunque se comprueba cotidianamente que a la hora de emitir opiniones y definir situaciones mediante el voto personal, prevalece la autoritaria e influyente autoridad masculina. En el caso del poder Ejecutivo, la cosa es sencillamente clara, la preeminencia varonil es contundente y la representación femenina, se convierte en el "adorno" del grupo, pues tampoco hay muchas decisiones independientemente femeninas en esa instancia.
Está claro que el sistema se mantendrá, no hay muchas opciones para vislumbrar cambios, en tanto no avance la propuesta de algunas líderes femeninas, actualmente en funciones políticas, que han insinuado la conformación de un "partido feminista" como solución a la diferencia de género, y como una alternativa para ejecutar un verdadero cambio social en el país, con alta participación de mujeres emprendedoras.