Medio: El País
Fecha de la publicación: jueves 24 de enero de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Morales, no muy afecto a los cambios, ha armado su propia revolución ministerial recurriendo a perfiles conocidos y más o menos respaldados. El cambio es sobre todo un intento de reacción. Morales y García Linera optaron en los últimos años por reducir el perfil del gabinete anulando a algunos de sus miembros más connotados y el resultado ha sido una gestión anodina y sobre todo, un retroceso en las encuestas, algo intolerable desde las filas pragmáticas del masismo, cuyo objetivo principal es la reproducción del poder.
La posesión del nuevo Ministro deja dos aspectos para la reflexión: desde el domingo circulaba por todos los foros de internet una listita que detallaba exactamente todos los nombramientos finalmente confirmados el miércoles – excepto uno – en la ceremonia de este tipo más tardía presidida por Evo Morales, lo que lleva al segundo aspecto: Morales ya no es infalible, la COB ha presionado hasta el final para colocar a uno de los suyos, Milton Gómez en el Ministerio de Trabajo y no a Alfredo Rada – como decía el papelito – que finalmente ha quedado sin cartera tras un paso fugaz por Presidencia.
El retorno de Juan Ramón Quintana a Presidencia tras dos años sabáticos en Cuba y el de Luis Arce a Economía, una vez recuperado de sus problemas de salud, no suponen una revolución sino lo contrario, un retorno a la estabilidad con personajes más carismáticos y previsibles en su actuar.
No es la primera pirueta de Quintana, que llegó al gabinete en la primera gestión de Evo como cuota de las ONG, salió a Ademaf y volvió revestido de un nuevo poder estratégico. Con este retorno se supone se hará cargo de la dirección de campaña y ordenará las líneas discursivas y de relato para hacer frente a los candidatos, que por otro lado ya están identificados. El retorno de Luis Arce, por su parte, supone ahondar en la estabilidad económica, principal arma de campaña del MAS, aunque aún está por ver cual será la evolución en este 2019.
Con la imposición de Gómez en Trabajo y la inclusión de Nélida Sifuentes Morales se garantiza el respaldo de COB y Bartolinas. Está por ver cuál será la reacción de la Única, que pierde peso continuamente, y que además ve cómo se mantiene César Cocarico en Desarrollo Rural y Tierras luego de las polémicas atravesadas en los últimos meses.
Morales apuesta por un gestor contrastado como Óscar Coca para Obras Públicas. Coca salta de Entel de vuelta al gabinete luego de haber sonado casi siempre como alternativa de Quintana para Presidencia.
En Salud apuesta por Gabriela Montaño, por si alguien duda de que la implementación del SUS es una causa fundamentalmente electoral, coloca a una de sus voceras más conocidas para defenderlo e implementarlo.
En Comunicación se suma Manuel Canelas, joven y viajado, se espera que de una nueva dimensión al manejo comunicacional de los medios estatales, desacreditados por su sumisión exagerada, además de ejercer una portavocía menos belicosa.
Al igual que con Cocarico, Morales también mantiene a Luis Alberto Sánchez en Hidrocarburos, reiterando que es permeable a las polémicas.
En general, el gabinete suma pesos pesados y conserva los pocos que quedaban – Héctor Arce, Mariana Prado, Diego Pary -. Morales dice así estar listo para una campaña larga y con muchos frentes por abrirse. El tiempo es quien pondrá las cosas en su sitio.