Medio: La Razón
Fecha de la publicación: miércoles 23 de enero de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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La crisis de 2008. ¿En verdad qué fue lo que resolvió las cosas a favor del Gobierno?
— Entre 2006 y fines de 2008 hay una estrategia de desestabilización del Estado contra el mismo Estado. Nosotros no teníamos mayoría parlamentaria; la derecha genera entonces un bloqueo institucional a nuestro gobierno desde la Cámara de Senadores; lo segundo de la desestabilización eran las prefecturas, seis de nueve estaban con la oposición. Y, lo tercero, la Asamblea Constituyente: allí no se podía aprobar ni elegir directiva sin los dos tercios. Así, desde el Parlamento se elabora toda una estrategia de derrocamiento del Presidente: deciden rechazar la Constitución y van por la vía autonómica para que cuatro departamentos desconozcan la autoridad legalmente constituida. ¿Cómo resolvemos la crisis del 2008? No se resuelve por el referendo revocatorio, sino por la movilización de la Conalcam entre septiembre y octubre de 2008, ésta obliga al Parlamento a que apruebe una ley que convoque al referendo para aprobar la Constitución; cerca de 300.000 personas que marchan, lo que obliga al Parlamento a aprobar la convocatoria; esa decisión política es la que resuelve el famoso empate catastrófico, y logramos desestructurar a la derecha política.
— ¿En qué lugar ubica a Porvenir?, porque ahí empezó el desarme de la media luna.
— Porvenir es uno de los últimos momentos de desastre político de la derecha; poco antes declara la huelga general y el bloqueo de caminos, y esto no logra su objetivo; la huelga termina en saqueos, toma de instituciones, robo, golpes a personas, violencia racial y política. Porvenir es la actitud desesperada de grupos delincuenciales armados contra campesinos; entonces, nunca en la historia democrática del país fue tan aprobado un estado de sitio como el que tuvimos en septiembre de 2008; poco antes, además, se expulsó al embajador norteamericano del país.
— El ‘gasolinazo’ o nivelación de precios. Planteaba, tanto la legitimidad de la subvención como el cálculo económico, digamos, frío.
— Como bien dijo el Presidente, una excesiva subvención es una inducción a la muerte letal de cualquier Estado, porque una subvención excesiva no tiene nivel de regulación y prácticamente, en el mediano tiempo, la subvención se vuelve el fin en sí mismo y ya no un medio, y ahí la economía se destruye. No fue ningún cálculo económico lo que nos hizo tomar esa decisión, sino tomamos en cuenta una visión de largo plazo, que no dependamos de la subvención y, por el contrario, vayamos reduciéndola e incrementemos la producción para que la economía sea sostenible. Tuvimos que retirar la medida porque se generó una movilización muy dura, que nos llamó la atención por cómo se estaba convocando, con una deformación de la intención; por eso, para impedir esto, anulamos la medida.
— TIPNIS. En el fondo, ¿no es una cuestión de visiones de desarrollo diferenciadas y distanciadas?
— La carretera por el TIPNIS no era un proyecto novedoso; lo había planteado el MSM de Cochabamba, y era parte del proyecto de Ernesto Suárez cuando era gobernador de Beni. Los mismos indígenas planteaban una mejor comunicación con el centro del país porque dependían de Santa Cruz para comunicarse con el centro. Cuando se propuso el tema, vimos que había la constitución de un bloque político de oposición, que giraba en torno a indígenas del TIPNIS, el MSM y los resabios de ADN, hoy los Demócratas, con Ernesto Suárez. No se discutían visiones de desarrollo diferentes; el TIPNIS fue una excusa para la movilización política y el objetivo era la ruptura de los pueblos indígenas con el Gobierno nacional.
— El 21F. Aparte de la mentira o no, ¿lo apretado del resultado, no está mostrando un país dividido, mita a mita, cuyo efecto incluso podría llegar a octubre 2019?
— El 21F es la constatación para nosotros que no tuvimos una muy buena articulación entre el pueblo y el Estado. Segundo, el 21F muestra la validez de nuestra propuesta, porque no es que Bolivia rechazó, sino que también un 50% de Bolivia aceptó; eso implica el nivel de validez política de la continuidad del liderazgo de Evo en la construcción del Estado. Lo que estamos enfrentando es la imagen que ellos construyen a partir del resultado del 21F. Dicen ‘Bolivia dijo no’; falso. Los que representan ellos dijeron no, pero a los que nosotros representamos también dijeron sí. Nos dicen que la democracia ha muerto; falso. La democracia tiene que ver con la libertad de expresión, de organización, de movilización, de disenso, y eso existe.
— A propósito, la decisión del TCP de establecer la repostulación indefinida es histórica y estructural. ¿No está mostrando un desequilibrio entre el voto y el contrapeso de la alternancia?
— Creo que la primera revolución democrática nuestra es el 18 de diciembre de 2005, cuando le devolvemos el valor político al voto; antes, nadie elegía Presidente, solo elegía parlamentarios que luego elegían al Presidente; ahora es el voto el que elige efectivamente a Presidente, gobernadores y alcaldes. Segundo, la reelección no depende de quién se postule, sino de la legitimidad y la aceptación que tenga el candidato al interior de la sociedad. La alternancia depende de la legitimidad que tenga el que se repostula o postula. Además, la democracia no implica solo que vengas a votar o dar tu discurso genérico, sino te exige, como actor político, una condición mínima: que tengas estructura política para llegar al poder, y lo que tenemos hoy son clubes de amigos; el Estado no es un club social y no puede ser dirigido por un club de amigos. La reelección de Evo está en función de la aceptación que nosotros tengamos en la sociedad, por tanto, ellos tienen que preocuparse por la aceptación suya en la sociedad boliviana; si Bolivia dijo no, ¿por qué su candidatura no llega ni al 10%? A eso me refiero.
— La demanda marítima. ¿Qué alcance realmente le dan a lo de La Haya y el fallo adverso?
— Creo que ganamos la batalla de la comunicación y la información a nivel mundial, porque no hubo país en el mundo que nos haya dado la espalda; por el contrario, pedían que acordemos una salida soberana; segundo, el fallo también refleja el hecho de que algunos países representados en el Tribunal han preservado sus propios intereses, China, Rusia: que no exista en el futuro una jurisprudencia que les pueda afectar a ellos como país, porque también tienen ese tipo de demandas. Tercero: aparentemente es un fortalecimiento de sectores radicales de la derecha chilena; es un triunfo pírrico, porque en el corto o mediano tiempo, la sociedad chilena va debatir estos elementos.
— Octubre 2019. ¿Cuál es la expectativa objetiva del MAS?
— Nuestro sistema político está cojo; le falta un pie, y ese es la oposición; ello mientras la oposición se siga organizando solo para el momento electoral. La oposición no es ‘No’, sino institucionalidad política, y eso nos falta. El mesismo va a ser opción electoral, pero no opción estatal. Creo que la oposición no está apostando a ganar en octubre, sino a aislarnos de departamentos y municipios en las elecciones (subnacionales) de 2020.
César Navarro Miranda. Para el militante masista, “disputarle a Evo Morales la titularidad estatal es prácticamente imposible, porque Evo sintetiza la unidad del Estado boliviano, no es un candidato más; sintetiza la unidad y la perspectiva del largo plazo”.
Nombre: Félix César Navarro Miranda
Nació: en Potosí, el 8 de julio de 1967.
Profesión: estudió Derecho en la Tomás Frías.
Cargo: Ministro de Minería y Metalurgia.
Perfil
Fue dirigente estudiantil, dirigente del Comité Cívico Potosinista, concejal municipal, diputado uninominal, viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales.