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Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 20 de enero de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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Inobjetablemente, este largo e histórico periodo de gobierno democrático, con un apoyo mayoritario precedente de tres elecciones generales, quedan bajo la sombra del desconocimiento sistemático del partido de gobierno MAS (Movimiento Al Socialismo) a la voluntad popular expresada en el referéndum del 21 de febrero de 2016 (21F), cuya expresión ciudadana le dijo "No" a una nueva reelección del presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, inherente incluso a toda autoridad electiva del país.
"La disyuntiva actual es, indudablemente, cómo mantener su legitimidad política. Esa disyuntiva lamentablemente no deja ver la gestión de Evo Morales bajo la óptica de logros alcanzados, dado que 13 años después, la lucha es si terminará como demócrata o como un gobernador autoritario", precisa Marcelo Silva, politólogo.
Pero Renzo Abruzzese, sociólogo y analista político, refiere sin embargo, que el descontento popular expresado en los resultados del 21F, es la expresión de múltiples factores inherentes a los escándalos de corrupción, abuso de poder, demagogia política, el despilfarro económico y un enorme conjunto de factores negativos del régimen. "Esa expresión que se tradujo en el 21F, plantean la necesidad de repensar la democracia y de reconstituirla a través de sus instituciones, a partir de la esperanza emergente de la sociedad civil", puntualizó.
Con un récord histórico. Indistintamente las visiones divergentes e ideológicas, el politólogo Carlos Cordero destaca que Bolivia arriba al 22 de enero con un presidente Morales, como el político más importante del siglo XXI. Además, enfatiza que es el único líder que se mantuvo tres periodos constitucionales de manera consecutiva y que es el único político que ha ganado por mayoría absoluta tres elecciones generales.
En contraste a todo ese parangón histórico, Cordero, atribuye que también es el único caudillo que pretende prorrogarse en el poder forzando una cuarta reelección.
"Ante esa situación, la ciudadanía lo considera ilegítimo, y en apego a los resultados del 21 de febrero, esa población ha tomado la decisión que a partir de las elecciones de octubre y el 22 de febrero de 2020 debe haber un nuevo gobernante en el poder, lo cual podría significar una rotunda cuando menos dolorosa derrota en octubre (mes de las elecciones generales", enfatiza Cordero.
Iván Arias Durán, analista y duro crítico del gobierno, enfatiza que a pesar de todas las vicisitudes, aun vivimos en democracia aunque ésta sea de "baja intensidad". Es decir, una democracia basada en el voto pero sin independencia plena de los poderes y con libertad de prensa controlada. "La bonanza en los precios de las materias primas, le dio al gobierno una época de tranquilidad nunca antes vista en la historia boliviana. Los pocos espacios democráticos han servido para que aun no pasemos a un modelo parecido al nicaragüense o venezolano", argumenta Arias.
En el escenario ciudadano. Esa población que día tras otro, en defensa del resultado del 21F, expresa no solo su rechazo sino su repudio a las intenciones de perpetuidad en el poder de Morales, grita esperanzado pidiendo vientos de cambio. Es algo que no tiene aún respuesta. En un escenario político, donde el sistema de partidos atraviesa un serio cuestionamiento, cuyas "oposiciones", tampoco muestras señales de respuesta, la alternativa país también está en la disyuntiva.
Eduardo Gutiérrez, de la plataforma ciudadana Sos.Bolivia, a tiempo de reflejar que son muy pocos los aspectos positivos de este gobierno a lo largo de estos 13 años, remarca que la democracia se halla en un serio dilema, dado el quiebre de su institucionalidad. "La ruptura del orden constitucional de derecho y el deterioro de los principios democráticos que pretenden derivar en una dictadura disfrazada de democracia, es lo más preocupante", señala.
Asimismo, remarca que no hay garantías ni institucionales ni jurídicas, por ahora para que eso se revierta. "Es la lucha del pueblo vs el Estado secuestrado por unos inescrupulosos", afirma.
Entre los aspectos que han lesionado esas garantías, Gutiérrez, remarca además: la mentira y corrupción institucionalizada en el poder público que genera desconfianza e inseguridad en el pueblo; un centralismo feroz y depredador que los anteriores que debe ser cambiado por el bien del pueblo; un Estado con un modelo económico fallido e insostenible y sin las reservas y contratos de venta de gas u otro método alternativo que genere los recursos que dejarán de ingresar por estos conceptos; y un sistema judicial, policial y de educación colapsados y completamente politizados en función de los privilegios del gobierno de turno.
En contacto con El Día, Adolfo Chávez, el que fuera máximo dirigente de la Cidob (Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia), hoy miembro de la Coica en Ecuador (Federación de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica) afirma que la herencia política de este gobierno es la desinstitucionalización de todo un Estado que estaba estructurado para que haya una mejor administración.
"Lo que ha hecho este gobierno es concentrar los poderes para manipular las instancias de poder, tendiendo una telaraña para los “esclavos modernos”, dirigentes que participan del “prebendalismo” son colocados en ciertas instituciones para ser fácilmente manipulados", enfatiza.
Lo que en perspectiva se viene. "El régimen está decidido a quedarse a como dé lugar", es la frase con que Arias describe la apuesta del MAS y pretensión del propio presidente Evo Morales, en su afán de forzar una cuarta reelección consecutiva.
"Para ello no escatima en poner todos los poderes del Estado a sus pies y usar todos los recursos económicos para garantizar su permanencia", argumenta el analista.
En este contexto, tanto Gutiérrez, Chávez, Cordero, señalan que el TSE (Tribunal Supremo Electoral, en su condición de árbitro de las próximas justas electorales de octubre de este año, es considerado como una célula más del partido de gobierno que tiene como tarea garantizar la reelección del binomio presidencial.
"Dios quiera que esto se solucione mediante el voto, pero por las señales que muestra el MAS pareciera que eso no está en sus planes", implora Gutiérrez.
A pesar de ello, dicen los expertos que la voluntad ciudadana es dar pelea en ese escenario y ha delegado a los partidos y líderes políticos asumir la organización y dirección contra las intenciones del gobierno.
"El desafío está en los partidos políticos. Si estos logran entender su rol histórico actual, la ciudadanía los va seguir y así evitaremos que Bolivia siga el camino de Venezuela. Si no ocurriera eso, la ciudadanía los castigará y es probable que la gente prefiera seguir votando por el MAS, porque entre la nada y Evo, la gente preferirá a Evo", admite Arias.
Para Chávez, el líder indígena, el gran desafío para los partidos políticos que van a elecciones es dar señal de unidad frente a un gobierno que ha destruido la institucionalidad y ha violentada la Constitución y las leyes de nuestro país. "Los partidos deben hacer el esfuerzo de unificación para competir con a los poderes que están en manos del actual gobierno", finaliza.
10 Años
Se cumple este año de la aprobación y puesta en marcha de la CPE.
3 Procesos
Electorales históricos el del 2005, 2009 y 2014 fuero favorables por mayoría absoluta a favor del MAS.
Persistencia
• En los últimos días el presidente Evo Morales aseguró que el 27E (elecciones primarias del 27 de enero de 2019) se impondrá al 21F (referendo constitucional del 21 de febrero de 2016 que le negó una nueva repostulación), en la perspectiva de legitimar su repostulación hacia un cuarto mandato consecutivo 2020-2025. "Nuestro desafío es mejorar y superar los grandes logros históricos que hoy ponen a Bolivia como líder en inclusión, desarrollo y crecimiento", apuntó.
• Si bien las últimas encuestas nacionales le colocan a un Morales cada vez más disminuido en las encuestas, este sigue manteniendo su voto duro de preferencia electoral por encima del 30%, cuyo margen sería el techo del apoyo que tiene el conjunto de los partidos de la oposición. La oposición, mide fuerzas para articularse en unidad.
13 Años de procesos de construcción y paradojas
Antecedentes. Bolivia, en sus 193 años desde su fundación en 1825 y 37 años de democracia a partir del 10 de octubre de 1982, vive un punto de inflexión política, institucional y democrática, marcada por la tentación del poder en la ambición de prolongarse en el mismo de parte de Evo Morales y una ciudadanía no para de sumar rechazo.
Últimos 10 años. Los últimos 10 años son considerados de refundación y construcción del nuevo Estado Plurinacional, luego que entre el 2007 y 2009 con la instalación y desarrollo de la Asamblea Constituyente, se discutiera la concepción de un nuevo país, con inclusión social, participación de pueblos indígenas, campesinos y originarios. Ese hecho, en medio de confrontaciones políticas logró elaborar y aprobar la nueva Constitución Política del Estado, actualmente vigente, desde el 2009.
Paradigmático. El ascenso al poder de Evo Morales, vía las reglas democráticas de las elecciones generales, con el rotundo triunfo electoral el 18 de diciembre de 2005, supuso un fuerte sacudón para el sistema político de ese entonces y la estructura del país hasta entonces republicano, con fuertes bases de exclusión social.
A partir del 22 de enero de 2006, el país cobra otra dimensión con Evo Morales, como el primer líder indígena de la historia que llega a la máxima función del poder del país.
" El inicio de su mandado en 2006 con grandes cambios y esa esperanza que volvía a renacer de lo profundo en los pueblos indígenas, comunidades campesinas, interculturales, Bartolina, clase media, entre otros", rememora Adolfo Chávez, exlíder de la Cidob.
Inflexión. A partir de la aprobación y puesta en marcha de la nueva Constitución Política del Estado del Estado Plurinacional, se marca un después del proceso de cambio, señala el político e investigador Rafael Puente. "Hasta entonces, el objetivo con el que llegó al poder Evo, se cumple, cual es transformar el viejo estado colonial en el nuevo de carácter plurinacional", precisa.
Chávez, complementa que con la nueva Constitución, el gobierno de Evo Morales, en lugar de profundizar e instrumentar el proceso de cambio, marca un punto de inflexión inesperado y sorpresivo. "Evo, empieza a alejarse de la Constitución que consagramos un año antes, queriendo violentarla con nuevas leyes que son incoherentes con el ordenamiento jurídico", precisa.
Alejamiento. A partir del 2010, las acciones del gobierno empiezan a alejarse incluso de sus mismos postulados, instrumentándose desde el poder un pragmatismo contrario al proceso revolucionario de transformación y cambio. El mayor punto de inflexión es el Tipnis, donde se da un quiebre con los pueblos indígenas, al querer imponer la construcción de una carretera por la reserva natural, sin respetar derechos establecidos a favor de los pueblos indígenas y de la naturaleza. "A partir de entonces, se obvian consultas en la vía caminera, hidroeléctricas y proyectos petroleros, al violentar áreas protegidas, ampliación de la frontera agrícola que afecta a tierras indígenas", sintetiza Chávez.
Punto de vista
El 2020 llegará a enfrentar a la verdadera herencia del MAS"
"El gobierno de Evo Morales, 13 años después, nos como herencia, el fortalecimiento de la demagogia, falta de meritocracia, clientelismo y escasa transparencia, como antivalores en la praxis política y la cultura política y ciudadana.
Además como tareas pendientes incumplidas, podemos mencionar: la no consolidación del pacto social de la promesa del proceso constituyente, el proyecto de poder se impone sobre la constitución y las reglas de juego, instalan la confrontación y una visión de poder, como un rasgo totalitario.
En ese contexto, revertir la polarización no será fácil. Se traicionó el proyecto autonómico recentralizando los recursos del poder en las figura presidencial. No se promovió el pacto intercultural pendiente ( se sigue echando sal a las heridas de la desigualdad y el racismo). Y el pacto productivo y redistributivo derivó en más informalidad, menos soberanía alimentaria, menos diversificación económica.
Nos acostumbraron a confundir crecimiento con desarrollo, propaganda con información. Nos dejan la tarea de sincerar cifras y estadísticas ahora manipuladas y la acumulación de la deuda social en el campo de la salud y calidad educativa y en servicios en centros urbanos que albergan a más del 65% de la población. El 2019 puede ser tiempo de elección, proselitismo e inflexión, pero el 2020, llegará la hora de enfrentarnos con la verdadera herencia del MAS".