Medio: Correo del Sur
Fecha de la publicación: martes 22 de enero de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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Si lo que se quería era alcanzar la unidad, con el fin de enfrentar con solvencia al oficialismo en las elecciones de octubre, eso no se consiguió ya que no se definió una candidatura única. Cuatro binomios ingresaron a la reunión, los mismos cuatro que salieron después y firmaron como tales el documento final.
La fusión de las cuatro candidaturas en una sola hubiera sido un triunfo, una verdadera muestra de que se pretende evitar que el país ingrese a una dictadura, como pasará si es que el binomio oficialista participa en las elecciones de octubre pasando por alto la Constitución, pero los políticos son incapaces de dar muestras de desprendimiento. Si tuvieran la conciencia que la ciudadanía espera, no tendríamos seis candidaturas, además de la oficialista y la que ha sido identificada como candidatura gubernamental paralela, sino una sola. No fueron capaces de unirse antes del cierre de plazos para las primarias y menos lo iban a hacer en un solo día, en una sola reunión. Seguirán separados y punto.
El otro objetivo es evitar que Evo Morales y Álvaro García Linera se presenten en las elecciones de octubre pero no propusieron medidas efectivas para conseguirlo. Pedir que se aplique la Carta Democrática de la OEA, y se interprete exactamente los alcances del artículo 23 del Pacto de San José de Costa Rica –que el MAS utiliza como excusa para violar la Constitución– se acerca mucho a un saludo a la bandera si se toma en cuenta que ese organismo internacional no se pronunciará de manera directa y contundente, como lo está haciendo con Venezuela, a menos que se observe una clara ruptura de la institucionalidad. Y aún si la OEA decidiera aplicar su carta, nada garantiza que el Gobierno vaya a aplicar sus determinaciones. Dirá que todo es un complot de la derecha y seguirá con su proyecto de reelección indefinida.
Por el contrario, es el MAS el que tiene las cosas claras: llevará adelante las primarias, le pese a quien le pese y cueste lo que cueste, porque, según ha confesado el propio Evo Morales, esa es la única manera en la que conseguirá por lo menos un remedo de legitimación frente a los resultados del 21F. Y los partidos de oposición, que podían haberse unido por lo menos para evitar las primarias, le seguirán el juego porque participarán, así sea con los votos mínimos para cumplir con la norma.
Con ese panorama, no es exagerado decir que la reunión no consiguió sus principales objetivos y, por lo tanto, hasta se la puede calificar de “fracaso”. Ni siquiera cuidaron el aspecto formal ya que, por una parte, suscribieron el documento en el membretado de un comité cívico totalmente enfrentado al Gobierno y eso es darle argumentos de politización al Gobierno. Por otra parte, es inaudito que no se haya previsto la asistencia de más representantes mujeres –los reportes dicen que estuvieron tres– por cuanto, hoy en día, ese es un error que no se puede cometer en política.
No obstante, hay un pequeño resultado: los políticos mostraron sus cartas. Ya sabemos cuál es la verdadera oposición –la que firma el documento– y cuál es la que hace otro tipo de papel. Se entiende que no haya estado Tuto Quiroga, porque tiene conflictos con el PDC; y se confirma el triste papel de Panbol pero… ¿por qué no estuvo Paz Zamora? Parece que la respuesta está en un conocido refrán: el diablo sabe más por viejo que por diablo.