Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: martes 22 de enero de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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En el pasado colonial y neoliberal, la administración del poder y el Gobierno sólo eran para beneficiar a una minoría. En cambio, ahora los bolivianos y las bolivianas no pueden más que sentirse orgullosos y orgullosas. La presidencia del líder indígena se ha traducido en un país en el que se han beneficiado absolutamente todos, sin discriminación de ninguna naturaleza. Por vez primera, un gobierno surgido de la larga lucha de los movimientos sociales y de fracciones patriotas y revolucionarias de las clases medias se ha encargado de llevar adelante políticas sociales y económicas para todos.
Los orígenes del Proceso de Cambio y de la constitución de un gobierno indígena se encuentran en la larga historia de rebeldías e insurgencias anticoloniales, en las resistencias a los abusos de una república señorial que sistemáticamente excluyó a las clases subalternas, y en las rebeliones y sublevaciones democráticas contra el neoliberalismo. Por eso no es casual que Evo Morales, en aquel día luminoso de su juramentación como presidente, todavía del viejo Estado, hace 13 años, haya invocado a mártires y héroes como Túpac Katari, Bartolina Sisa, Simón Bolívar, Pedro Domingo Murillo, Ernesto Che Guevara, Marcelo Quiroga Santa Cruz y otros que ofrendaron su vida por las banderas de la emancipación.
Por eso, como nunca ocurrió antes, la tricolor y la wiphala se complementan y condensan en un Estado Plurinacional que expresa la unidad en la diversidad desde 2009, luego de una histórica Asamblea Constituyente. La tricolor no anula la wiphala, como lo hizo en toda nuestra historia, con lo que se excluía la memoria larga de la mayoría de la población orgullosamente indígena, así como le cerraba todos los espacios de participación y decisión. El sentido con el que usaba la tricolor era no sólo para subsumir a los pueblos y naciones originarias, sino para borrarlos junto a su historia. La wiphala hoy, al mismo tiempo, no toma venganza contra los que quisieron condenarla al olvido o a la clandestinidad, porque jamás lograron su objetivo. La wiphala hoy no niega la existencia de lo boliviano, forjado y desarrollado en más de un siglo.
Trece años de Proceso de Cambio y 10 de Estado Plurinacional marcan un antes y un después en nuestra historia. Es el tiempo del Pachacuti, del retorno de los guerreros del arco iris. El camino todavía es largo, las amenazas reales, pero la convicción de continuar indeclinables.