Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 20 de enero de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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En la reunión han participado los miembros del Consejo Nacional de la Democracia (Conade), los dirigentes cívicos, cuatro binomios que participarán de las elecciones de 2019, además de representantes de otras dos fórmulas partidarias.
Luego de los sucesivos fracasos en la intención de conformar un frente único rumbo a las elecciones de octubre, no es poca cosa que los opositores hayan logrado reunirse y trazar objetivos comunes para la defensa de la democracia.
El documento suscrito, entre otras cosas, pide a la Organización de Estados Americanos la aplicación de la Carta Democrática para evitar que Bolivia se convierta en otra Venezuela.
En ese marco, los opositores exigen: el respecto a la Constitución y al voto del 21F, la conformación de un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) con personas notables, verificación internacional del padrón electoral, fiscalización internacional de los procesos electorales, y solicitar al Sistema Interamericano se pronuncie sobre la aplicación del Pacto de San José de Costa Rica por encima de la Constitución boliviana, la cual permitió la habilitación de Evo Morales y Álvaro García Linera como candidatos.
La aplicación de la Carta Democrática implicaría que la OEA imponga algún tipo de sanción a Bolivia luego de determinar que la democracia está en riesgo. Sin embargo, se han visto otros casos, como el de Venezuela, en los que la comunidad internacional poco ha podido hacer frente al prorroguismo y autoritarismo. En el caso de Bolivia, es probable que tampoco tenga una gran incidencia, más aún considerando que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, otrora abierto crítico del gobierno de Morales, acordó el envío de una comisión observadora a las inútiles elecciones primarias que se celebrarán el próximo domingo.
Como se puede observar, el panorama es desalentador, pero sería aun peor con líderes opositores –independientemente de que cada uno defienda un proyecto político– incomunicados para ejercer presión ante el país y ante organismos internacionales.
La democracia boliviana se encuentra en riesgo y el anuncio de la estocada final fue dado por el vicepresidente Álvaro García Linera, quien dijo que se aplicará una democracia “sin apego religioso” a las instituciones. Habrá que decir que, en tal caso, el régimen ya no debería ser llamado democrático.