Medio: La Patria
Fecha de la publicación: viernes 18 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Lo que viene es más bien una prueba para medir el grado de versatilidad de los partidos y agrupaciones políticas, para contrarrestar la posición del partido oficialista que seguramente será único en un registro especial de votos de una militancia "obligada" por las circunstancias para brindar su apoyo al binomio oficial, aunque se ha repetido que en estos comicios el voto no es obligado.
En criterio de algunos líderes políticos que inscribieron sus binomios, lo que harán en las primarias, es apenas mostrar una votación mínima que justifique su participación, pero en ningún caso implique esa presencia una alternativa de medir la musculatura partidaria. No tienen mayor interés en la competencia de votos, pues "no hay nada que elegir", los binomios ya están resueltos sin necesidad de votos y en tal condición asistirán a las elecciones generales.
La situación se plantea muy confusa en el actual periodo cuando se supone una acción especial de promoción de candidatos, que inclusive tendrán la posibilidad de publicitarse en algunos medios de comunicación sin gastar presupuestos que resultaban onerosos en otras circunstancias. La idea es nada más que de "justificación normativa" para que no se complique con alguna mala jugada, la participación electoral partidaria en las primarias.
No hay que descartar que para la mayoría de los partidos registrados y habilitados para el juego electoral, el desafío oficialista de medir la musculatura partidaria en las elecciones primarias, es realmente un reto de resultados inesperados que pudieran revelar las deficiencias en la "preparación atlética" preelectoral, lo que significaría mostrar las debilidades que pondrían al descubierto una serie de falencias, propias del largo receso de actividad partidaria, ausencia de líderes o en afinidad al tema, de directores técnicos, entrenadores y preparadores físicos que evidentemente son ausencias muy notorias en las fuerzas de oposición.
Se habla en los niveles partidarios de algunos intentos que realizan ciertos postulantes a los altos cargos electivos y se hacen llamados de unidad nacional, para fortalecer un solo frente opositor, aunque en verdad, ninguno de los líderes ha mostrado franca predisposición a deponer sus intereses de mando para ceder posiciones a dirigentes que tengan muy clara la figura de "servir al país" y no servirse de la ocasión electoral.
No se han preparado nuevos líderes, los partidos tradicionales mueven sus fichas conocidas, en contados casos hay renovación obligada pero acudiendo a militantes antiguos, lo que muestra a la ciudadanía una carencia total de liderazgo que signifique novedad y despierte interés colectivo para impulsar una nueva corriente política, debidamente respaldada en ideales y objetivos para cambiar la corriente continuista y proponen un frente que responda a las verdaderas necesidades de cambio con renovación y fortaleza para defender la democracia y nuestra Constitución.
Los viejos líderes recuerdan a los políticos activistas que, la presencia de dirigentes con experiencia y solvencia política, es un elemento imprescindible para formar las nuevas generaciones de políticos responsables y leales a los principios de libertad, justicia y respeto a los derechos humanos.