Medio: La Estrella del Oriente
Fecha de la publicación: miércoles 16 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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La democracia permite la reunión de personas o de grupos con fines legales o la participación en los procesos eleccionarios, cumpliendo con los requisitos exigidos para la ciudadanía. Entonces, desde ese punto de vista, cualquier reunión con fines lícitos debe ser garantizado por el Estado, no importando cual sea el objetivo final.
Sin embargo, esa misma democracia es la que también garantiza la diversidad de ideas y la confrontación de las mismas, teniendo la oposición los mismos derechos a disentir entre ellos, no debiéndose permitir la coerción o señalarlos como enemigos de los grupos sociales.
La democracia permite el discenso y aquello debe entenderse como las diferencias ideológicas, incluso dentro de la misma oposición, ya que si bien puede unirse para derrotar al enemigo común, también es cierto que lo ideológico puede también gravitar para impedir que surjan acuerdos políticos con fines electorales.
El intentar imponer una candidatura única no es democrático o pretender que los actores políticos se unan al pensamiento de una corriente, solo con fines electorales, pero careciendo de cualquier afinidad ideológica.
Se está en los tiempos de la ideologización de las personas y por tanto, merece un punto alto el análisis de los fines y objetivos que persigue cada organización política, más allá de ganar las elecciones. Están los que mantienen sus principios y son valederos y a ellos no se les puede tildar de enemigos o cualquier epíteto que se utiliza para apuntar a los que piensan diferente.