Medio: El Deber
Fecha de la publicación: martes 15 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Para muchos surge la preocupación de qué podría llegar a pasar si es que Morales y García Linera van a las elecciones presidenciales. Sin duda, sería una franca violación a la democracia determinada en el resultado del 21 de febrero de 2016; sin embargo, los árbitros de este juego electoral (hasta la fecha) les están dando la
Ese 48% marcó en 2016 un tope de aprobación por parte del electorado al partido de Gobierno y es muy probable que ese porcentaje, desde 2016 hasta 2018, hubiera descendido aún más, habida cuenta de que ha sido muy notorio el derroche de dinero del Estado en temas banales (como el nuevo Palacio, la sede de Unasur, aeropuertos, coliseos y obras abandonadas), en vez de haber intentado el Gobierno solucionar las principales necesidades de la población en temas primordiales como la salud, la educación, la justicia, etc.
Llegado el día de las elecciones (en caso de que Morales y García Linera se presenten), los votantes en Bolivia deberán actuar con mucha sabiduría, será fundamental conocer qué candidato tiene mayor aceptación para fortalecer el porcentaje opositor mayoritario, pues de lo contrario se daría paso a la dispersión de votos y esto solo perjudicará a quienes hoy buscamos una nueva oposición victoriosa.
Bolivia corre el riesgo este 2019 de seguir los pasos de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Hay quienes prefieren callar, no opinan por miedo a que comience contra ellos la persecución, a pesar de que todos podrían sufrir las consecuencias de la escasez, la hambruna, la expropiación de empresas, la falta de medicamentos, la inseguridad y cualquier otro de los males que hoy sufren los venezolanos, nicaragüenses y cubanos.
Dependerá de cada uno de nosotros saber escoger qué futuro queremos para Bolivia.