Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 13 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Desde que, en diciembre pasado, se anunciara su participación en las elecciones de octubre de este año, Pedraza ha tenido poco protagonismo. Él sostiene que aún no están en campaña y que se encuentran en una fase de acercamiento con diferentes sectores.
Pedraza, exministro de Mesa y destacado por su perfil intelectual, habla en esta entrevista, realizada en Santa Cruz durante las últimas horas de 2018, sobre su tierra, la proyección de la candidatura mesista en esta plaza y la coyuntura política.
¿Cómo está encarando su candidatura y cuáles son las principales acciones de su campaña?
Lo primero ha sido conversar con la familia, con mi esposa e hijos, sobre la naturaleza de este desafío. Para mí, familia es la esencia misma; para cualquier acción parto de ellos. Entonces, he conversado con ellos y han tomado la decisión de ser parte de las actividades hasta donde se pueda. He empezado a organizarme, aunque no estamos aún en campaña
Otros candidatos ya están en campaña...
Lo que estamos haciendo es preparar nuestro equipo, la estructura de la organización para fortalecerla. Lo más notorio es la constante adhesión de la gente. Hay una demanda gigantesca en la ciudadanía para ser parte de ese proyecto político. Cada día tengo varias reuniones con grupos de ciudadanos o individuos, y lo que quieren es incorporarse a nuestra campaña, ser parte activa de ella.
¿Quieren ser militantes?
Cuando hay un partido político organizado para un emprendimiento como este debe ser más fácil. En nuestro caso, como no tenemos carácter de partido que tenga experiencia en elecciones, ya que somos esencialmente ciudadanos, estamos abordando este aspecto de una manera creativa. Estamos organizando grupos diversos, y, dentro de esta diversidad, nos organizamos en áreas, en territorios; de manera que lo más relevante de este periodo es la adhesión constante de la gente y la atención de los medios. Los medios son esenciales para nosotros.
Usted tiene un pasado ligado al trabajo académico, ¿se considera usted un político, cuál es su perfil y su aporte para sumarse a este proyecto?
Cuando fui estudiante universitario fui un activista comprometido, a tiempo completo. Me tocó la última parte de la dictadura militar que tuvo este país: García Meza. En esas circunstancias, fui dirigente de la carrera de Derecho y también Secretario de la Federación Universitaria Local (FUL). A partir de ahí, asumo la conciencia de lo público, el valor de la democracia, de los derechos ciudadanos. Posteriormente, también muy joven, fui concejal en Montero.
¿Nunca militó en un partido?
No estuve registrado.
¿Y con quién simpatizó?
En esa época simpatizamos con el Movimiento Bolivia Libre; pero no teníamos carnet, no nos registrábamos. Posteriormente, me retiro y me dedico a formarme. Voy primero a España, estudio allá un diplomado y después me voy a Estados Unidos. A partir de ahí, empiezo a profundizar la investigación política, la investigación social y dedico mi tiempo a generar conocimiento en el campo político y social.
También estuvo en la gestión pública durante el gobierno de Carlos Mesa... ¿Cuáles fueron sus responsabilidades en ese momento?
Fui titular del Ministerio de Desarrollo Sostenible. Un ministerio con una responsabilidad muy amplia: recursos naturales, suelo, tierra, recursos forestales, el ordenamiento territorial, género, asuntos generacionales, etc. Era un ministerio de una envergadura considerable. Me concentré en la gestión de recursos naturales. En esa época logramos certificar 2.200.000 hectáreas. Fue una gestión muy intensa; logré conocer desde adentro cómo funciona el Estado. Una gran oportunidad que me sirvió mucho.
¿Su relación con Mesa se mantuvo?, ¿cómo llega usted nuevamente a coincidir con él para este proyecto político?
Siempre mantuvimos una relación personal con Carlos Mesa, y en últimos años mucho más, particularmente cuando surge el conflicto con Quiborax, que lo emprende el gobierno contra nosotros. Tuvimos una relación intensa para asumir la defensa jurídica y la defensa política.
¿O sea que Quiborax no sólo lanza a Mesa como candidato, sino también a usted?
Podríamos decir que sí. Siempre hubo una relación de trabajo, de análisis y reflexión con Carlos; pero, estos últimos seis meses –a partir de junio de 2018– fueron más intensos por Quiborax. Es un hecho jurídico y político que nos muestra cómo está funcionando el sistema de partidos; cuáles son los dispositivos que está usando el partido de gobierno para generar miedo y reproducir su poder... Sin duda, Quiborax nos congrega, nos une para asumir una defensa y a partir de ahí nos posibilita reflexionar sobre lo que ahora estamos haciendo.
¿Cómo ve usted esta alianza con Carlos Mesa?, ¿cree que él pueda aglutinar el voto de esta parte del país que se sabe es fundamental?
Yo soy cruceño, he estudiado mucho la realidad cruceña, la economía, la producción social... Creo que Santa Cruz representa de una manera muy concreta una síntesis de la Bolivia del siglo XXI. Paceños, cochabambinos, chuquisaqueños, potosinos... Como departamento hemos tomado conciencia de ese rol integrador y creo que yo represento esa visión nacional que Santa Cruz tiene en este siglo. Estoy convencido de que mi candidatura es un aporte importante a una visión de articulación nacional y quiero representar lo mejor que tiene Santa Cruz que es el trabajo, el estudio, el conocimiento. Creo que mas allá de la energía económica que tiene Santa Cruz, tiene también una energía política. La nueva centralidad de Santa Cruz es política. Lo que nos ha pasado durante el último año, particularmente en noviembre y diciembre de 2018, son hechos que nos colocan como sociedad en el centro político nacional. La candidatura a la vicepresidencia es una oportunidad para mostrar esa visión nacional desde Santa Cruz.
¿Ese ímpetu y claridad que usted tiene cree que sean suficientes para equilibrar la presunta debilidad que tiene la figura de Carlos Mesa en Santa Cruz? Inclusive se dice que hay un antimesismo...
Como en todas las sociedades, hay una diversidad de percepciones. En Santa Cruz, si bien hay una percepción controversial sobre un grupo social o sea hay una reacción controversial sobre la figura de Carlos Mesa, no tengo duda de que la gran mayoría de la sociedad cruceña está apoyando nuestra candidatura; es decir, está apoyando la candidatura a la presidencia de Carlos Mesa.
Pero, ¿lo suficiente como para hacer una diferencia? Porque en Santa Cruz es muy fuerte el MAS y, por otro lado, hay otro grupo económico-político conservador que es muy poderoso.
La sociedad cruceña, está demostrado en las investigaciones, ha votado siempre de una forma moderada. En el pasado, siempre votaba en el centro, no como las otras sociedades, por ejemplo alteña o paceña, que tienen un desplazamiento muy notorio por la derecha, por la izquierda. Con el triunfo del MAS, en 2014, fue la primera vez que un partido que no responde a los tradicionales partidos del pasado obtiene una votación tan alta. Se da porque (el MAS) genera pactos con el poder territorial. Yo creo que el gran cambio todavía no lo hemos vivido en Santa Cruz, creo que lo tendremos en el futuro inmediato. Nosotros estamos caminando ahora por dos líneas para este cambio: el restablecimiento pleno de la democracia en todo el país, el respeto al referendo, el respeto a las mayorías; y por la otra línea, cambiar los liderazgos en Santa Cruz. Eso lo vamos a vivir en el 2020. El desafío para Santa Cruz es “vanguardizar” la lucha por la recuperación de la democracia a nivel nacional, como lo hemos venido haciendo; articulando movilizaciones, articulando propuestas, pero también dando el salto a nivel territorial, renovando los liderazgos que tenemos en todos los campos. Esa energía de la sociedad cruceña demanda una nueva forma de conducir el país. Estamos dando pasos en ese sentido.
Usted debe recordar aquel impase que tuvo el expresidente Mesa con Santa Cruz por sus alusiones al provincianismo cruceño. ¿Cree que se ha superado ese resentimiento contra Carlos Mesa y que Carlos Mesa genuinamente quiere a Santa Cruz?
Carlos Mesa ha expresado en diversas oportunidades su respeto y su aprecio por la región. La tensión histórica que ha habido entre oriente y occidente es algo normal. No podemos decir que sólo en Bolivia hay esa tensión. La consideración sobre Carlos Mesa yo creo que ha sido aclarada. Él ha dicho que cree que Santa Cruz está al frente y que Santa Cruz debería gobernar este país después de 2025. Han sido afirmaciones genuinas y eso no lo va a decir quien no quiere a una región, quien no quiere a Santa Cruz. Incluso yo lo he escuchado decir en una entrevista que si en algún momento ofendió el sentimiento de algunos ciudadanos, pedía disculpas. Entonces, la posición de Carlos Mesa hacia Santa Cruz es de profundo aprecio y respeto.
¿Y de Santa Cruz hacia él también?
En gran medida, sí. Eso se va a demostrar en la elección. El oficialismo quiere mostrar que la región rechaza la candidatura de Carlos Mesa, pero no es así.
Usted ha dicho que no es cercano a las élites económicas ni a las logias de Santa Cruz; pero tampoco es un hombre popular. ¿Dónde se ubica Gustavo Pedraza?
Santa Cruz tiene un capital social muy diverso, es una de sus grandes características. Aquí hay organizaciones territoriales, de barrio, grupos de madres, grupos deportivos... En Santa Cruz es poderosa la juventud, la clase media, las fraternidades que están organizadas hace mucho tiempo en torno al carnaval y a la tradición cruceña. Yo no creo pertenecer a ninguno de estos grupos en particular. Me siento cómodo con todo porque puedo participar en una fraternidad, puedo participar en un grupo barrial, en un grupo académico. Por mi oficio me situé con mayor facilidad en el campo académico; sin embargo, no me cierro a interactuar con toda la diversidad de mi ciudad o del país.
Pero, ideológicamente, ¿se ubica en la izquierda, en la derecha o en el centro?
Yo me sitúo por encima de un etiquetado que es muy reduccionista. Tengo mucho apego por todos los temas sociales y ambientales; considero que la educación y el conocimiento son los motores del desarrollo y que es ahí donde deben trabajar los modelos de desarrollo. Yo me apego a los principios de la libertad. Para mí la democracia es básicamente un dispositivo de la libertad; es una construcción social, no la perfecta, pero la mejor. Libertad, justicia, instituciones, medioambiente, conocimiento, educación, estos son los valores que cultivo y, por ello, sería muy reduccionista decir que soy de centro, de izquierda o de derecha. A mí me parecen conceptos obsoletos.
Yendo al proyecto de Comunidad Ciudadana, usted dice que hay mucha aceptación en la gente, pero, ¿no le parece una debilidad no tener una estructura partidaria en un país tan disperso y amplio como Bolivia para encarar unas elecciones nacionales?
No vamos a replicar el modelo del partido clásico: ese es nuestro desafío. No queremos una organización jerárquica, rígida, cerrada. Estamos empezando a construir una organización horizontal, que tenga, obviamente, espacios de liderazgo, de conducción, pero que sea muy flexible en torno a la forma que un determinado territorio pueda asumir su organización. No vamos a ir con nuestros libros a inscribir y a carnetizar a la gente. Ese no es el modelo de organización que buscamos.
¿No es esto un poco idealista, entendiendo que, por ejemplo, estamos yendo a unas elecciones primarias donde –ya lo dijo el Vicepresidente– se va a medir la musculatura de los partidos? El MAS está inscribiendo a todo el que puede y ustedes están renunciando a inscribir...
No, porque el día del voto, el día de la elección, en octubre de 2019, quienes definirán quién va a gobernar este país son los ciudadanos, más allá de que estén o no registrados.
¿Ustedes, entonces, van a apelar a la conciencia ciudadana?
Claro, porque la militancia es una condición normal en una organización política, pero aquí no ganará la elección quien más militantes tenga.
El MAS habla de un millón de militantes...
No porque el MAS tenga más militancia va a ganar una elección. Es una inferencia incorrecta. El MAS, como cualquier partido que está en función de gobierno, tiene militantes registrados por las razones que conocemos. Los funcionarios de instituciones y empresas públicas han incrementado su militancia, pero me gustaría ver si el día de la elección primaria van todos a votar.
¿Ustedes están apuntando más a la elección de octubre que a las primarias?
Totalmente, porque el principio de una elección primaria es la definición de los binomios al interior de una organización y eso ya está definido. Es, por tanto, pura formalidad. La definición de quién va a ser gobierno en este país se va a dar en octubre de 2019; no se va a dar en enero. Quienes están desafiando, quienes quieren mostrar musculatura es porque no la tienen. Son los candidatos que no deben ser candidatos. Estamos asistiendo a un proceso electoral con un binomio que no debería estar, con un binomio ilegal, impuesto. Ese binomio impuesto es el que quiere legitimarse en las elecciones primarias. Son ellos los que necesitan desesperadamente legitimarse, pero no lo van a lograr porque ningún político se elige por la fuerza.
Aunque todos los sondeos preelectorales favorecen a Carlos Mesa, una de las debilidades que se le atribuye a su binomio es que es demasiado “académico”, que le falta roce con la gente. Se dice que son dos “doctores” tratando de conquistar a un pueblo que no suele ser seducido por ilustrados. ¿Qué cree de esa opinión?
El pueblo boliviano es sabio más allá de los grados de ilustración y de formación que pueda tener. Sabe que un gobernante cumplió su tiempo y eso es suficiente. A veces, el político subvalora la capacidad de raciocinio del elector. Una gran mayoría de la población, de los sectores populares, sabe perfectamente cuando un gobierno tiene que dejar el poder y lo han hecho saber con su voto. La gente que apoya nuestra candidatura no es clase media urbana solamente, también tenemos apoyo de sectores populares. Sin duda, vamos a tener que hacer actividades más intensas en el área rural, que es donde menos nos conocen. El hecho de que seamos académicos y que hayamos estado en la investigación científica no nos condiciona a mirar la gestión del Estado desde la academia.
¿Y cuándo van empezar a tener ese contacto con la gente? Se dice que se han dedicado a comunicarse a través de videos, pero no en las calles.
Sin duda, nos hace falta calle, nos hace falta caminar, es parte de las tareas que tenemos pendientes. Estamos todavía a 10 meses de la elección y generalmente las campañas en este país se han hecho en 90 días. Nosotros estamos a 10 meses y en este tiempo vamos a caminar todo el país para comunicarnos directamente con la gente.
¿Usted ve a Evo Morales entregando la banda presidencial a Carlos Mesa, se imagina ese momento?
Mucha gente no cree. Hay una percepción de que Evo Morales por su candidatura ilegal va a llegar a perder las elecciones y no va a entregar al poder. Sin embargo, Evo Morales va a perder las elecciones y va a entregar el poder; eso es lo que tiene que pasar y eso es lo que nosotros vamos a hacer que pase. Nosotros estamos yendo a estas elecciones para ganar, para conquistar el poder: esa es nuestra obligación, no es nuestra aspiración. Que algunas personas piensen que no van a entregar el poder es una percepción pesimista y nosotros somos optimistas. Si no han aceptado y no han reconocido el resultado del 21 de febrero, tendrán ahora que hacerlo. Nunca un gobierno autoritario ha gobernado por largo tiempo este país.
¿Cree usted que el TSE es confiable para administrar un proceso electoral?
No es confiable para mí y para la gran mayoría de la población boliviana. Están sometidos, politizados; sin embargo, es esta desigualdad de condiciones con la que tenemos que competir. No tenemos alternativa. Sabemos que este órgano electoral tiene un predominio notable de gente apegada al partido de gobierno, pero hay ciudadanos que no son parte de esa visión aunque sean minorías. Sin embargo, por supuesto que lo que harán será crear condiciones favorables para el oficialismo.
¿Qué quiere decir con esto que puede darse un fraude?
Podemos decir que las elecciones que vienen van a ser anómalas; pero, peor sería no participar.
¿Cuál es la posición que adoptan en relación a la mujer, cuál es su posición sobre la violencia de género que es cada vez más brutal en el país?
El tema de la mujer es de altísima prioridad. La mujer es víctima de un sistema patriarcal que debemos abandonar. Es un rasgo no sólo de nuestra sociedad, sino de todo el mundo. La tarea urgente es restablecer la vigencia plena de los derechos a la equidad de la mujer. Cambiar esa forma de razonamiento de la sociedad patriarcal no va a ser automático, no va a ser fácil, pero hay que hacer esfuerzos no sólo a través de instrumentos jurídicos, sino a través de la educación.
¿Qué opina sobre la despenalización del aborto?
Sin duda hay temas muy sensibles y estos temas sensibles hay que abordarlos con el mayor cuidado, mesura, prudencia y responsabilidad. Para no generar divisiones, para no generar tensiones al interior de la sociedad, yo creo que la mejor forma para tomar este tipo de decisiones son los consensos, los diálogos entre los diversos actores. Es imposible pensar que una imposición o una política pública impuesta vaya a ser exitosa en esta materia.
¿Cuál es su posición en torno a los derechos de los grupos LGTBI y el debate sobre la ideología de género?
Este es otro de los temas sensibles que tiene que ser abordado con la misma responsabilidad. No podemos imponer o tomar decisiones sin la generación de consensos. Yo creo que en estos temas sensibles es donde la responsabilidad del diálogo y de la construcción de consensos respetando los derechos de las personas tiene que relucir. Ninguna decisión unilateral sobre temas de alta sensibilidad va a llevarnos a buen puerto porque es responsabilidad de los gobernantes y también de la sociedad gobernada el poder generar instrumentos jurídicos consensuados.
¿Se refiere a referendos?
Claro, construcción de consensos. Es muy difícil tomar decisiones sobre temas sensibles sin generar consenso, sería incorrecto.
HOJA DE VIDA
- Inicios Nació en Montero, Santa Cruz. Es casado y tiene tres hijos.
- Estudios Estudió Derecho e hizo estudios de posgrado en España y EEUU.
- Carrera Es consultor internacional, analista político, investigador y docente universitario.