Medio: La Razón
Fecha de la publicación: jueves 10 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Según la indagación hecha por Animal Político entre los partidos participantes, la mayor parte veía muy problemático cumplir con listas completas de sus delegados.
A modo de ejemplo, el dirigente del Partido Demócrata Cristiano (PDC) Luis Ayllón (que postula a la presidencia a Jaime Paz Zamora) reveló que ellos debían acreditar al menos 5.300 delegados titulares e igual número de alternos, unos 10.600 en total, el 37% de toda su militancia (28.717). Un caso más dramático es el del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) que, según su dirigente Luis Eduardo Siles, teniendo una militancia de 58.377, “que es algo que no le explican a uno de dónde lo sacaron”, debe designar nada menos que 22.000 delegados, entre titulares y suplentes, “eso no es nada fácil, es casi imposible, porque es casi la mitad de la militancia, el 40%”, reclama el dirigente emenerrista.
En parecida situación están los demás partidos, excepto el Movimiento Al Socialismo (MAS), que a través de su vicepresidente Gerardo García asegura que alcanzará a designar al cien por ciento de sus delegados, “estamos en los últimos detalles, hasta pasado mañana lo vamos a tener”, dijo a este medio.
Siguiendo la crítica que desde el principio plantearon contra las primarias, UCS (que postula al exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas), Demócratas (con Óscar Ortiz como candidato) y Comunidad Ciudadana (que promueve al expresidente Carlos Mesa) decidieron participar del hecho eleccionario solo para cumplir la formalidad que posibilite habilitar a sus respectivos binomios para la elección general de octubre.
“Lo que haremos es solamente una votación simbólica; es decir, no vamos a acreditar delegados en todas las mesas, en una o dos mesas nada más para cumplir con la formalidad legal, porque creemos que las primarias no se justifican y son totalmente innecesarias”, destacó a Animal Político Víctor Hugo Cárdenas.
“El Movimiento Demócrata Social (MDS) va a pedir a sus militantes no ir a votar; cumpliremos con lo mínimo para seguir con la legalidad y no darle ningún motivo al Gobierno para que nos saque de la cancha de juego, porque nosotros creemos que pese a todas las circunstancias, hay que ir a las elecciones; y abandonar las primarias es dejarle el camino libre a Evo Morales y Álvaro García”, anunció a su vez el dirigente del partido Demócratas, Vladimir Peña.
Comunidad Ciudadana (CC), por su lado, el viernes emitió un pronunciamiento sobre las primarias, donde aparte de dudar del padrón de militantes, “plagado de irregularidades y manipulaciones que el TSE (Tribunal Supremo Electoral) no ha subsanado como es su obligación”, anuncia que ha decidido “No llevar a cabo ninguna actividad de propaganda, promoción y difusión de su binomio, ni por cuenta propia ni con recursos del Estado”. Enfatiza que esta votación es voluntaria, que igual de “legal e incuestionable” es votar o no votar.
La mayor parte de los partidos coincide en que la presencia del Secretario Técnico de Mesa, contratado por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) más la presencia de un delegado de cualquier partido dará la validez y legalidad necesaria a dicha mesa. En cuanto al número de militantes que deben ir a votar, y como el Reglamento Específico no señala un mínimo de caudal de votos necesario para dar validez a una mesa, lo común es la participación para cumplir la formalidad, la denominada “votación simbólica”. Una de las más llamativas decisiones en este sentido es la del PDC, que determinó que en todo el país haya solo 10 votos, uno por cada jefe departamental más el del responsable nacional.
El Movimiento Tercer Sistema (MTS) y Pan-BOL, por su lado, sostiene que las primarias a sumo son un requisito que hay que cumplir, y que se trabaja en ese sentido.
En lo relativo al desafío que hizo el vicepresidente Álvaro García acerca de que las primarias del 27 serán una forma de medir la musculatura o consistencia en militancia de los partidos, todos los interpelados descartan que las primarias, unas elecciones internas de cada partido, vayan a ser un parámetro objetivo para medir dicha fortaleza partidaria.
“Los partidos políticos no tienen que tenerle miedo al examen, que asuman ese examen, veamos cuántos militantes tienen, cuál es su estructura y se comprometan a mejorar. Si tiene cinco, mil, cien mil, esa va a ser una medida, no para descalificarles, sino para ponerles un conjunto de restos a futuro para que esa micromilitancia se convierta en una militancia moderada”, había dicho en diciembre el Vicepresidente.
“La musculatura se mide en las elecciones, que para eso son. Y si hubiera habido primarias no eran para medir ninguna musculatura, eran para que se compita dentro del mismo partido. Y en estas primarias no hay elección, alternativa, sino solo son un plebiscito”, destaca al respecto el dirigente Siles, del MNR.
Para Édgar Ramos, vocero del MTS, el MAS con el mencionado reto deja de lado el rasgo central de las primarias: ser una elección interna, y se la desnaturaliza al convertirla en competencia interpartidaria. “Según la ley electoral, la primaria es interna; no es una competencia entre partidos, sino dentro, que en el caso boliviano ni siquiera llega a eso, porque no existe un solo partido que haya presentado al menos dos binomios. Quien tiene músculo o no, votantes o no, eso se va ver en octubre, porque ahí el que decide es el votante, de manera soberana, ya no el militante. El Presidente confunde una elección interna con una elección general, nacional, eso es un error”.
Tanto para el PDC como para el MNR, lo de la musculatura expresa la “desigualdad de condiciones” (Siles) en que se enfrentarán un partido en poder del aparato del Estado desde hace más de una década y el resto de opositores relativamente fuera del manejo de las instituciones públicas.
Para el politólogo Marcelo Silva, en efecto es una “inferencia incorrecta” relacionar el resultado de las primarias, cuántos militantes irán a votar, con lo que ocurra en la elección nacional de octubre de 2019, porque las internas del 27 en todos los casos serán un acto de proclamación.
Además, coinciden en llamar la atención Silva y el analista electoral Eduardo Leaño, la primaria no es equiparable a la elección también porque “la mayoría de la población votante, más del 70% del padrón electoral no milita en ningún partido y no creo que desee hacerlo; por lo tanto, los resultados que puedan ser muy interesantes para unos, o muy tristes para otros, no reflejan el momento de la densidad de votación que va haber en octubre de 2019”.
Cuando al MAS las primarias sobre todo le servirán para “fidelizar” su voto y fortalecer el imaginario de que éste es un partido grande que va ganar la elección, Silva, al contrario, cree que la justa de octubre será “cerrada”, con un resultado apretado entre el primero y el segundo, “y esto no se va ver reflejado en las primarias”.
Los partidos tradicionales, que “prestaron” su sigla a candidatos de arrastre propio acaso sean los más temerosos en la primarias, destaca Silva: sus listas de militantes son antiguas, de anteriores procesos electorales, y en la internas del 27, algo de este “peso específico” se verá.
Para el analista Leaño, el escenario idóneo para ver la fortaleza de los partidos no es otro que la elección general, cuando el voto, además, es obligatorio; por eso, en el caso de las próximas internas, prevé un elevado porcentaje de abstención.