Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: jueves 10 de enero de 2019
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
En los últimos días la inquietud respecto al trabajo del TSE ha aumentado. El vocal Costas denunció que dos funcionarios claves del área tecnológica, Óscar Flores y Franz Álvarez, y que eran parte de su equipo de trabajo, fueron despedidos por órdenes de la presidenta del Tribunal, María Eugenia Choque. Ambos tenían un trabajo muy delicado en el tema de la entrega de resultados electorales y de la seguridad de redes.
El despido se produjo cuando Costas hacía uso de sus vacaciones en Santa Cruz. Tras conocer la noticia criticó la decisión de Choque y expresó que ambos funcionarios tienen amplia experiencia y no responden a ninguna línea política. Lamentó que quienes ocupan ahora esos cargos no tienen la experiencia y habilidades necesarias para el importante rol que deberán cumplir.
Choque, por el contrario, quien se ha convertido en la principal vocera del oficialismo dentro del Tribunal, expresó que Flores y Álvarez no tenían la capacidad suficiente y que la sala plena puede tomar cualquier decisión administrativa que considere pertinente. Fue secundada por su colega Lucy Cruz, a quien se le atribuye haber manipulado para que se produjera el cambio de personal.
La ya muy baja reputación que tiene el Tribunal, su ahora indisimulada cercanía con el poder y el deseo de algunos de sus vocales de agradar al gobierno del MAS ponen al país ante una situación muy delicada.
Este diario ha sostenido en el pasado que en general en Bolivia los procesos electorales eran limpios y que los resultados reflejaban adecuadamente el voto de la ciudadanía.
Ahora ya no se puede afirmar aquello: si cinco de siete votos de la sala plena responden ahora al MAS –una situación que fue facilitada por la renuncia de los vocales Katia Uriona y José Luis Exeni– las posibilidades de irregularidades son evidentes.
A ello se suma el reemplazo de personal técnico que nada menos se encarga, entre otras cosas, de la entrega de cómputos.
La ausencia de una entidad electoral creíble en momentos clave como éste es preocupante debido a la desconfianza que puede generarse. Es un legado negativo más para el país que nos dejará el MAS.