Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 09 de enero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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El monto aumentará de 150,1 millones de bolivianos en 2018 a 527,3 millones en 2019.
En realidad, desde 2014, el presupuesto de ese ministerio ha aumentado más de 10 veces, de 50,8 millones de bolivianos a los referidos 527,3 millones de bolivianos.
Son recursos estatales, que le pertenecen a todos, pero que serán usados para promover los afanes reeleccionistas de Morales y del vicepresidente Álvaro García Linera. Es algo ilegal, además de ilegítimo. Afortunadamente para quienes critican esas acciones, de posible daño económico al Estado, por ley no prescriben.
Las cifras, publicadas inicialmente por El Deber, muestran también cómo el Viceministerio de Desarrollo de Políticas y Estrategias Comunicacionales aumentará nueve veces su presupuesto en un año, pasando de 52,2 millones de bolivianos en 2018, a 452,7 millones en 2019.
Ese ministerio es el que está a cargo de transmisiones por televisión de los partidos de fútbol e inauguraciones de obras que realizan Morales y García Linera. Dicho ítem, el de las transmisiones de actos presidenciales, será el que más dinero recibirá individualmente en la siguiente gestión, y aumentará de 18 millones a 120 millones de bolivianos.
No es la única área de enorme aumento presupuestario. El “apoyo a estrategias comunicacionales” aumentó de 32,6 millones de bolivianos a 330,7 para 2019. Ese viceministerio es el que se encarga de “informar” a la población sobre la “gestión gubernamental”.
Esta friolera de dinero es en los hechos malversada por las autoridades y destinada a la política de culto a la personalidad que desarrolla el régimen a favor de Morales y para posicionarlo de la mejor manera posible rumbo a las elecciones de 2019. O sea que se usan recursos públicos para el beneficio personal del jefe del MAS. Ello es ilegal.
Si a estas cifras se suman los montos destinados a que Morales pueda viajar en su avión presidencial a inaugurar las mencionadas canchas de fútbol (20 millones de bolivianos adicionales) y en general todo el amplísimo desvío de recursos para beneficio del Presidente (helicópteros, viáticos), las cifras son monstruosas. De hecho, inaugurar obras públicas en el marco de una campaña electoral está prohibido. Pero como el Jefe de Estado controla todos los poderes, no hay nadie que se lo pueda impedir.