Marinkovic concedió una entrevista a “Terça Livre TV”, mientras participaba del foro denominado “Cúpula Conservadora de las Américas” y fue presentado como el “mayor enemigo de Evo Morales”, a quien el exlíder cívico le atribuye más de 200 refugiados bolivianos que viven en Brasil.

En el marco del nuevo contexto político con la llegada de Jair Bolsonaro al poder, Marinkovic considera que Brasil tiene que ver que el presidente de Bolivia continúa siendo presidente de los cocaleros del Chapare, donde –aseveró- el 99 por ciento de la producción de coca se va a la cocaína.

“El presidente (Morales) sabe que esa coca va a la droga, al crimen, a la violencia y continúa siendo presidente de un país. Eso transformó Bolivia en una narco-república, entonces tenemos un problema gigantesco”, manifestó al sostener que el dinero generado por la droga fue utilizado para financiar campañas políticas.

En su criterio, Evo es leal al lineamiento del Foro de Sao Paolo que consiste en identificar a la oposición real y armar esquemas de “corrupción terrible” para liberarse de ellos. Dijo que el gobierno boliviano toma a los grandes empresarios para que ingresen al mismo esquema y dejen de financiar lo que podría ser una oposición para ellos.

Sostuvo que el gobierno genera una oposición funcional que sabe que no tiene ninguna intención de ganar, pero igual se presenta a una elección. “En Bolivia todo está armado para que Evo Morales continúe ganando”, dijo al recordar que Morales ignoró la Constitución y desconoció el referendo (del 21F) que le dijo a no a una postulación indefinida.

Observó que en ese contexto va ser muy difícil que alguien le gane a Evo y advirtió que si Morales va a tener alguien por encima de él en las encuestas, le abrirá un proceso judicial para expulsarlo del país.

Manifestó que el Partido de los Trabajadores (PT) – a la cabeza de Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción en el caso Lava Jato – dejó pasar todo en relación al narcotráfico e incluso el hecho de no haber exigido una indemnización a favor de Petrobras, por la nacionalización de las refinerías que la estatal brasileña tenía bajo su administración en Bolivia.

Sin embargo destaca como fundamental para toda Latinoamérica, el paso que dio Brasil con la elección de Bolsonaro, porque cree que “devolverá la democracia a nuestros países” y no dejará que acontezca lo que pasa en Bolivia y Venezuela.