Jimena Calle, quien mantenía la extrema medida desde el 22 de diciembre, abandonó ayer antes del mediodía por recomendación médica y anunció que tras su recuperación volverá a protestar en las calles para hacer respetar la Constitución y el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, además de exigir la anulación de las elecciones primarias por considerarla como un gasto inútil.

En ese mismo instante, el ex dirigente del MAS y autoridad originaria de la comunidad Falafaya del municipio de Sucre, Hilarión Chávez, se instaló en el espacio dejado por Calle y exigió el respeto al artículo 168 de la Constitución Política del Estado, donde indica que “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.

“Estoy pidiendo al Gobierno que respete la Constitución y que haga respetar con los órganos del Estado que tiene como el Tribunal Electoral y el Tribunal Constitucional, que no interpreten a su antojo por la politiquería barata”, señaló Chávez.

El dirigente campesino originario, que actualmente se dedica a la elaboración de abarcas para solventar los gastos familiares, convocó a los pobladores que rechazan la respostulación del Presidente y Vicepresidente a sumarse a la huelga de hambre.

“Estoy viniendo a esta extrema medida de una organización social y convoco a todos los que no comparten con el partido del Gobierno a masificar la huelga porque ha violado la Constitución, por lo tanto tenemos que unificarnos todos”, convocó.

Chávez estuvo detenido en la cárcel San Roque, cerca de tres años (2009-2012), acusado por instigación, robo agravado, asociación delictuosa y estorbar funciones públicas, entre otros.

“El Gobernador, señor Esteban Urquizu, con sus falsas acusaciones me ha hecho detener, y todas las instituciones del Gobierno mismo han buscado su estrategia pero no me han ganado en sí en el juicio”, contó Chávez, al indicar que tiene un juicio pendiente, además de una deuda cuantiosa a sus abogados por el servicio de defensa.

El dirigente, quien llegó a la glorieta de la plaza 25 de Mayo portando una mochila en el que contenía una colcha y llevaba en las manos una bolsa plástica con coca, indicó que permanecerá hasta las últimas consecuencias.   

“Estoy encabezando la huelga, voy a tomar la batuta, si tengo que morir voy a morir porque así es el destino que Dios y la Pacha me han mandado al mundo para luchar por mi pueblo, por mi Departamento”, sentenció Chávez, padre de tres hijos.

Poco después se incorporó a la huelga la universitaria y madre de familia Ana Belén Aranibar, en representación de la organización “Mujeres luchadoras”. Entretanto, Celma Cervantes, que se integró a la huelga el 26 de diciembre, indicó que permanecerá hasta que los médicos les den de baja.

“Estoy entrando a esta huelga porque quiero que se respete mi voto, que haya democracia en el país y que se anulen las elecciones primarias porque es un derroche de dinero; todo ese dinero podían gastarlo en educación y salud”, indicó Aranibar.