Medio: El Deber
Fecha de la publicación: sábado 29 de diciembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
No está mal invertir en la comunicación del Estado, siempre que sea comunicación. En el mundo es cada vez más importante saber comunicar, que no es lo mismo que hacer propaganda. Los ciudadanos merecen estar informados de la gestión de sus autoridades y tienen derecho a expresar sus opiniones sin restricciones. La transparencia es clave para fortalecer la democracia y eso se logra con una auténtica comunicación entre gobernantes y gobernados.
Sin embargo, la propaganda gubernamental no siempre busca transparentar la gestión. ¿Cómo ha entendido hasta ahora el Gobierno de Morales la comunicación? Con algunas variaciones de estilo, pero sin cambiar la estrategia, cada ministro de comunicación se alineó con el mandato de generar un relato oficial hegemónico. Basta evaluar los contenidos de los medios públicos para entenderlo. La pluralidad está ausente, sobre todo en los periodos electorales y de alta conflictividad. Predominan aún los espacios de descalificación del adversario sin derecho a réplica, lo que finalmente provoca un alto costo en la credibilidad de los medios públicos, reflejado en una baja audiencia.
Al asumir el Gobierno, el propio vicepresidente adelantó que el MAS debía construir una hegemonía política, económica, cultural y comunicacional. En el campo de la comunicación son evidentes las diversas acciones para conseguirlo, entre ellas la creación de medios propios o el control indirecto de otros mediante el presupuesto publicitario.
El Gobierno es uno de los mayores anunciantes de los medios, por no decir el principal. En ese contexto, llama la atención que se haya triplicado el presupuesto para comunicación en 2019, con razones que nadie aún explica. El próximo año, dominantemente electoral, el Ejecutivo dispondrá de Bs 527 millones, o sea, un 351% más que en 2018. Solo en transmisiones gubernamentales, se subirá de Bs 18 millones a Bs 120 millones.
No está mal reforzar la comunicación estatal. Lo que no corresponde es usar los recursos como castigo o premio a los medios alineados o no con el relato oficial en tiempo de elecciones. Si realmente se pretende mejorar la comunicación estatal, la primera señal debe considerar una explicación transparente de la verdadera intención del Gobierno de triplicar el presupuesto, tratándose de recursos de todos los bolivianos que se podrían destinar a otras necesidades más urgentes.