La mujer es previsora, diligente, cuidadosa y solidaria tanto en el grupo  familiar y social. Por ello, siempre he estado en desacuerdo cuando se expresa que: “detrás del triunfo de un hombre hay una buena mujer”. Debería expresarse: “al lado conjunto de un gran hombre existe una gran mujer” y “al lado de una gran mujer existe un gran varón”. Considero, que es la más correcta expresión en la realidad social. Nunca debe tenerse ese prejuicio preconcebido e idea errada de decir: detrás el uno del otro, porque eso es denigrante. 

En la actualidad, la participación de la mujer en la palestra política se hace evidente, por su inteligencia, perspicacia, talento, capacidad, destreza, tenacidad, honradez, empatía y altruismo. Eso significa, que la mujer ha derrumbado el muro y las cadenas del enclaustramiento del seno familiar y, hoy ve un horizonte de oportunidades donde su participación es elocuente y con atisbos de probidad frente al agresivo patriarcado político. Incluso, hemos creado en nuestro Código Penal, el delito de acoso político para proteger a las mujeres que ejercicio político y, evitar la acción aviesa y malintencionada de algunos varones políticos que se han olvidado del respeto y de que fueron paridos por una mujer. Las mujeres, han construido puentes para lograr mayores espacios de libertad, dignidad e igualdad y de participación en la conducción de la sociedad jurídica y políticamente organizada que es el Estado.

Por eso, mi admiración, respeto y reconocimiento a las mujeres que están convirtiéndose en líderes en el campo político con buenas ideas y proyectos comunes. Las vemos conduciendo empresas, programas periodísticos de análisis político, cultural, educativo y, con una capacidad y acierto formidable de emprendimiento, que es fruto de su discernimiento e intelecto. Han habido grandes mujeres en la historia boliviana que han dejado huellas y buen ejemplo a seguir por las nuevas generaciones como Elvira de Mendoza, Ana Barba, Elfy Albrech, Francisca López, Adela Zamudio, Ignacia Zeballos, Ana María Romero de Campero, Lidia Gueiler Tejada, Juana Azurduy, María Barzola, y otras notables mujeres que se las ve en la lucha política actual. La fuerza política de las mujeres en la vida de los pueblos es necesaria y evidente. Por eso, hay que alentar más la igualdad de género y excomulgar la violencia contra ellas, porque cualquier acto de furia o vejamen contra las damas, es como ultrajar a nuestra propia madre. Las mujeres juegan un rol protagónico en las políticas públicas en Latinoamérica y el mundo entero.

Su talento, agudeza, inteligencia, bondad y liderazgo, ha hecho que en la actualidad sean cabeza de gobierno y base sólida de las diferentes organizaciones sociales. Sostengo que, el triunfo pleno de la democracia en el presente y futuro tendrá un fundamento imperecedero, cuando las políticas públicas de los gobiernos sean dictadas conjuntamente por las mujeres y varones.