Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 16 de diciembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Tiempo después, cuando la marcha ya se dispersaba, un grupo de encapuchados ingresó por el otro lado, por la calle 21 de Mayo. La Policía estaba ausente a pesar de las señales de alerta. Amparados en el anonimato, los atacantes quemaron las carpas y ahuyentaron a los ayunantes. Tras romper las ventanas, introdujeron fuego al edificio. Antes habían encendido una fogata sobre la calle. El ataque se hizo primero con petardos y después mediante el forcejeo de la puerta principal. Ahí fue donde encendieron las llamas.
Los marchistas en retirada se enteraron en ese momento por qué una columna de humo salía del edificio de la “Corte”. Una cadena humana, formada por ellos mismos, evitó que se acercaran a fin de que nadie pudiera inculparlos. Por ahí, cuando ya caía la noche, pasaron tres camiones de bomberos. ¿Quiénes son los miembros de ese comando pirómano?
Minutos más tarde, circuló un video en el que un hombre ataviado con una polera del 21F se sube a una moto policial y abandona el lugar. La explicación es que se trata de un participante de las protestas que estaba siendo protegido de una “turba”. ¿Cuál turba?, ¿hubo acaso una marcha para repudiar a los seguidores del 21F?
Nada está claro en este incidente.
DOS FAMILIAS, DOS HISTORIAS
Bolivia y México fueron parte del mismo imperio durante tres siglos, territorios con raíces indígenas e imposiciones coloniales de hondo calado. Comparten un pasado y ahora, dos películas. Roma de Alfonso Cuarón y Zona Sur de Juan Carlos Valdivia guardan numerosas similitudes. En ambas se cuenta la historia de una familia de la clase media acomodada. El Distrito Federal y La Paz son los lugares de despliegue de una élite con problemas. En los dos casos, el padre está ausente y es la madre la que ocupa el centro de las decisiones. En las dos casas habita el silencioso personal doméstico. En Zona Sur son Wilson y Marcelina, en Roma, Cleo y Sofi. En La Paz, son aymaras, en el DF, mixtecas. Valvidia no les puso subtítulos, Cuarón, sí.
En las dos cintas, el personal doméstico es solución a mano para la falta de afectos. Gradualmente se adueña del cuidado de los niños y adolescentes, atrapados en la crisis del abandono paternal. Wilson ocupa el rol vacante en Zona Sur, Cleo arrulla a los más pequeños en Roma. Los más vulnerables de esa élite en franca declinación se abrazan a los miembros indígenas del clan. Wilson salva a los “jailones” con oportunos préstamos y ollas de ají de fideo, Cleo se hace cargo de los niños a punto de ahogarse, aún sin saber nadar.
Zona Sur y Roma subrayan una realidad latinoamericana digna de más análisis: el racismo paternalista de los de arriba. El trabajo doméstico tiene esos claroscuros tan acentuados, es explotación laboral disfrazada de abrazos y juegos en la arena, es pseudo maternidad asalariada, es abrazar al patrón, envolverle el corazón y luego preguntar como Cleo: “¿me vas a correr?” o como Wilson: “señora, ¿cuándo me vas a pagar?”.
Valdivia y Cuarón confesaron que lo que filmaron es su vida pasada, su infancia. Ellos mismos pasaron por los brazos de mujeres irreemplazables, pero “arrimadas” al hogar.
Ayúdanos a seguir comparando.
LA INTIMIDAD DEL MUNDO
La serie Sexo y Amor alrededor del Mundo de la periodista de CNN, Christiane Amanpour ya puede verse en Netflix. Es un tren bien logrado de reportajes sobre las formas de amar y tener relaciones sexuales en distintas sociedades humanas.
Amanpour recorre seis historias fantásticas en Shangai, China; Tokio, Japón; Nueva Dehli, India; Accra, Ghana; Berlín, Alemania y Beirut, Líbano. Gracias a ellas nos enteramos de que el “amor romántico”, ese que nace de manera consentida entre dos seres humanos, es una rareza en muchas partes del planeta. En general predominan los matrimonios arreglados entre familias, en los que los cónyuges son obligados a unirse en un hogar armado sobre las conveniencias económicas y de linaje.
Amanpour descubre lo extraño que resulta tener novio en sociedades como la china o la india. La sola idea de salir con alguien para conocerse mejor es descartada por unos padres que quieren tener toda la iniciativa en sus manos. El extremo máximo es aquel parque en China, donde los padres ofrecen a sus hijos mediante anuncios escritos, en los que se detallan sus virtudes. Enamorarse ahí resulta sencillamente una extravagancia.
Otro dato fuerte es la manera natural en que los ghaneses conciben el hecho de que un hombre, con algo de dinero, tenga una esposa, una novia y varias amantes. Del mismo modo, llama la atención el número cada vez más grande de mujeres en la India que compran una moto para no tener que someterse al acoso de los hombres en el transporte público. O el modo en que las jóvenes alemanas apuestan con cuántos hombres pueden acostarse en el menor tiempo posible mediante la aplicación Tinder. O, o... mejor véanla y conversamos.