Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: jueves 20 de diciembre de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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La comadre Remedios, en ese entonces en su desempeño en la radio, recogía las demandas y principales preocupaciones de las amas de casa, mujeres, que cotidianamente atravesaban por dificultades. Bajo la categoría de compadres, que guarda bastante carga simbólica en el mundo aymara, pues implica entablar un tipo de parentesco adquirido, sirvió para el acercamiento a la gente popular y la más desfavorecida. Es así como Condepa que plantea como una de sus consignas “polleras al parlamento” presenta como candidata a la diputación por La Paz a Loza, quien gana y ocupa un curul en el legislativo. Es así que esta organización se convierte en la cuarta fuerza política.
En una entrevista que le hicieron, ella resalta que su participación fue vista con recelo, “creyeron que yo iba a estar como florero en el Parlamento, y no fue así” señaló Loza, en aquella oportunidad. Y efectivamente, tuvo un rol protagónico en el Parlamento.
En el proceso de participación política de las mujeres, el que una mujer de pollera acceda al parlamento, significó la ampliación de esta participación a mujeres indígenas; por tanto se rompe de alguna manera, que las reivindicaciones de las mujeres esté patentada por mujeres mestizas y afines a un feminismo de corte liberal.
Si bien esta conquista se da en los cargos públicos institucionales, uno de los mayores desafíos de Condepa es la democratización hacia adentro del partido. Pues las dos figuras femeninas, Remedios Loza y Mónica Medina ocuparon las carteras tradicionales que se les asigna a las mujeres. En este sentido, Condepa absorbió la energía social descontenta que cundía en los años 90, después de la aplicación del Programa de Ajuste Estructural y la relocalización minera. E hizo una lectura acertada, de dirigirse hacia sectores populares, y encontrando en la figura de Remedios Loza la síntesis de mujer, aymara. Se trató de resarcir la marginación de la mujer de pollera en la agenda del Estado y en la de los partidos políticos tradicionales.
Con todo, la figura de Remedios Loza, ha dejado uno de los antecedentes para la apertura simbólica y real de la posibilidad de que mujeres indígenas participen del legislativo y otros espacios de poder. Es así que el desafío para todas las mujeres es realizar un desempeño cualitativo en los espacios de poder, y Remedios Loza, fue un ejemplo de aquello.