Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: martes 18 de diciembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Los días previos a las fiestas navideñas parecen marcar la tónica de lo que va a ser 2019 en términos políticos y mediáticos.
Esta misma semana, la Unión Europea sacó un comunicado de siete líneas rechazando las acusaciones y amenazas contra el Tribunal Supremo Electoral y defendiendo que “el respeto por la independencia del Poder Judicial, el pluralismo y la libertad de expresión son derechos fundamentales y pilares esenciales de la democracia y el Estado derecho”.
El documento, que se puede encontrar en línea en inglés (https://eeas.europa.eu/delegations/bolivia/55527/statement-spokesperson-...), no hace referencia a ningún juez en concreto, sino a los vocales del TSE en general.
Sin embargo, esto le sirve a la oposición mediática al Proceso de Cambio, liderada por Página Siete, para hablar de la “posición de la Unión Europea (UE), que la semana pasada rechazó las amenazas que soportan los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que votaron en contra de la habilitación de Evo Morales y Álvaro García Linera como candidatos para un cuarto mandato”.
Es decir, una posición institucional como la de la Unión Europea, pidiendo respeto a las decisiones de los jueces del TSE (tanto los que votan a favor como los que votan en contra), se transforma, según Página Siete, en una posición favorable a sus tesis. Más manipulación, imposible.
Quizás Página Siete quería justificar el comunicado sacado a posteriori por el Departamento de Estado de los EEUU, que habla de apoyar una democracia sana que respete la Constitución y la voluntad popular. No sería la primera vez que ese periódico se convierte en la antesala de posiciones estadounidenses.
Estados Unidos parece desconocer que sus relaciones con Bolivia se rigen por el Convenio Marco de Relaciones Bilaterales de Mutuo Respeto y Colaboración, firmado en 2011, cuyo artículo 1 establece “el derecho de cada Estado a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social”.
A esa manipulación mediática hay que sumarle una página entera dedicada a dar cobertura a una nota del Centro de Estudios para América Latina (CASLA Institute) de la República Checa, en lo que parece ser un llamado a la violencia dirigido a los pueblos del mundo “a no cesar en las acciones dirigidas a que los pueblos de Bolivia, Nicaragua y Venezuela puedan vivir en democracia y libertad”.
Por otra parte, el lunes 17 El Deber le otorga una nota a Carlos Mesa en la que se afirma que las denuncias contra Evo han sensibilizado a la opinión pública internacional, y un editorial —titulado “Imagen negativa de Evo Morales en el exterior”— en el que los ejemplos que se ponen son editoriales o columnas de opinión en periódicos de la derecha latinoamericana, así como el manifiesto de un grupo de expresidentes, encabezado por José María Aznar y Álvaro Uribe.
Cada vez está más claro que hay una campaña orquestada desde el exterior, con el apoyo de la oposición política y mediática al Proceso de Cambio, con el objetivo de desgastar la figura de Evo Morales y su gobierno.
Como ciudadanía, es necesario que demandemos una reducción del ruido mediático en torno al proceso electoral, proceso similar al de otros países de nuestra región, y pidamos a los representantes políticos que cumplan su papel. A las instituciones internacionales y países extranjeros exigirles la no injerencia en los asuntos bolivianos; a la oposición política, una propuesta responsable de país si quieren ganar las elecciones; y a la oposición mediática exhortarles a que informen con la mayor objetividad y veracidad posibles.