Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 16 de diciembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Horas más tarde, la Agencia Boliviana de Información (ABI), sacó una nota, que mencionaba textualmente: “El candidato opositor Carlos Mesa anunció el miércoles la supresión del pago de los bonos estatales, tales como para la vejez, la escolaridad y la maternidad con que el Estado boliviano asiste a los sectores más vulnerables de su sociedad desde 2006, en caso de ganar las presidenciales bolivianas el 27 de octubre de 2019”.
Poco después, la noticia se fue multiplicando de forma irresponsable a través de la Agencia de Noticias Fides (ANF) y mediante el portal de noticias web del canal de televisión ATB.
Lo que dijo en realidad, de manera textual, el candidato Carlos Mesa fue: “No podemos seguir con un rentismo que está haciéndole un profundo daño al país”. Esta declaración de ninguna manera especificó, como se mencionó en la interpretación de la ABI, que al asumir la Presidencia, Mesa eliminaría los bonos existentes en el país.
Al día siguiente, la propia ABI reconoció su error y mencionó en otra nota que habían relacionado el concepto de rentismo directamente con bonos, y que nunca hubo mala intención. La reacción y tergiversación de lo dicho en la entrevista nos deja, en cualquier caso, pautas del rol de ciertos medios de difusión y comunicación de cara a la larga campaña presidencial que ya ha comenzado y que durará un poco más de diez meses.
En primer lugar, se confirma la existencia de medios y periodistas “favorables” al Gobierno que están dispuestos a todo con tal de seguir teniendo apoyo y aprobación de los poderosos. En ese sentido, la existencia de medios “paraestatales” (siguiendo el concepto utilizado por el periodista Raúl Peñaranda en su libro Control Remoto), conlleva la posibilidad de instrumentalizar políticamente el rol de dichos medios para ser parte de una línea comunicacional estratégica favorable y digitada por el propio Gobierno.
En segundo lugar, se comprueba que existen medios y periodistas irresponsables y mediocres que no realizan bien su trabajo. En este caso, no revisaron la fuente primaria de información y simplemente se limitaron a copiar y pegar una noticia dudosa, que además provenía de la agencia estatal que saben a quién responde; o los periodistas de la ABI, que dijeron que no hubo mala intención, no fueron capaces de buscar el concepto de rentismo en un diccionario o cualquier otro recurso de la red y “confundieron” rentismo con bonos.
En pocas palabras, la inexistencia de institucionalidad en entidades estatales, como la ABI y la poca seriedad de algunos medios, nos muestra que el gobierno del MAS podrá aprovechar estas condiciones para tratar de desbaratar a la oposición política para forzar una victoria a como dé lugar en la elecciones presidenciales.
Adicionalmente, se prueba que nos encontramos viviendo en una autocracia en la que una persona concentra el poder institucional y en gran medida comunicacional. Desde esa perspectiva, tanto los ciudadanos como los pocos medios de comunicación que todavía tienen un carácter de independencia, debemos ser corresponsables con el proceso democrático y no caer en la mediocridad.
La corresponsabilidad que deben tener los medios debe también extrapolarse a la corresponsabilidad de los ciudadanos para no dejarse engatusar y, por tanto, no caer en la línea discursiva del régimen.
Los ciudadanos debemos participar responsablemente, informándonos, formándonos políticamente. Caso contrario, en el corto plazo, provocaremos una profundización de este régimen ya autoritario que, sin lugar a dudas, se podrá convertir en una dictadura sin precedentes en el continente, en general, y en el país, en particular.