La revolución del 1952, a pesar de haber universalizado el voto, no logró la inclusión de esos sectores en la política nacional. Seguía gobernando una casta política que se afianzó aún más con los sucesivos golpes de Estado. Entrados nuevamente en democracia, en la década de los 80 del siglo XX y a pesar de tener el primer gobierno democrático de izquierda, se mantenían las castas, aunque a finales de esa misma década es cuando por primera vez incursiona una mujer de pollera en la Cámara de Diputados. Era la señora Remedios Loza, la comunicadora social que acompañó hasta el final al ‘compadre’ Carlos Palenque. 
Ella abrió la puerta a los integrantes de esa Bolivia clandestina y en las elecciones de 1997 ya se tuvieron actores políticos sociales, que sufrieron discriminación como legisladores, ya que se creía que no tenían la capacidad para cumplir con las obligaciones ciudadanas impuestas a través del voto popular.
Bolivia ha cambiado mucho y de la clandestina ya no queda nada, porque también se aprobaron leyes contra el racismo y la discriminación, aunque todavía existen algunos resabios trasnochados que anhelan volver a ese pasado negro, donde los privilegios políticos eran para unos cuantos y la mayoría solamente era utilizada para elegir.
La señora Remedios acaba de fallecer, pero en vida se le rindió el homenaje que se merecía. Fue la que abrió las puertas del Parlamento para que cualquier ciudadano boliviano pueda ser elegido diputado o senador. Ese es su mérito.