Medio: La Razón
Fecha de la publicación: miércoles 12 de diciembre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunales Electorales Departamentales (TED)
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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Según los recuentos periodísticos de la jornada, los universitarios partieron en marcha al final de la tarde para manifestarse en puertas de la oficina departamental del Órgano Electoral, donde un grupo de personas encapuchadas comenzó a usar petardos y bombas molotov hasta que se inició el incendio, que luego fue sofocado por el cuerpo de Bomberos. Similares acciones se sucedieron en las otras oficinas.
Previsiblemente, las partes enfrentadas en el conflicto se acusaron mutuamente. Según los opositores, los violentos eran “infiltrados” del Gobierno con el evidente propósito de causar daños materiales y dar paso a la represión policial. Irónicamente, señalaron como evidencia de su hipótesis el hecho de que en los lugares atacados no había presencia policial a la hora de los sucesos. Desde el otro polo, el Viceministro de Régimen Interior afirmó que se trató de “delincuentes” contratados por las organizaciones opositoras al Gobierno.
El resultado de la desafortunada movilización se puede evidenciar en varios ámbitos. Por un lado, según el Servicio del Registro Cívico (Serecí), cuya oficina fue afectada, al menos un millar de trámites podrían quedar truncos por la pérdida de documentos; algo similar puede suceder en el SIN. Por otro lado, da cuenta de la creciente tensión en la sociedad cruceña, donde las instituciones estatales son vistas cada vez con menos confianza, comenzando por aquellas que deberían investigar el suceso hasta dar con los responsables.
Asimismo, y esto es lo más preocupante, queda la evidencia de que hay personas que a título de defender la democracia están dispuestas a causar daño y dolor hasta el punto en que es difícil creer que un espíritu verdaderamente democrático les inspira. El Gobierno ha querido ver reminiscencias de lo sucedido en 2008, cuando la oposición al proyecto de nueva Constitución Política del Estado provocó similares comportamientos.
Para hacer más difícil el panorama, los hechos del martes han inspirado corrientes de opinión que solo abonan a la polarización y la ira; ingredientes básicos de cualquier estrategia de propaganda, mucho más cuando las personas parecen no saber en qué creer y están dispuestas a creer en cualquier cosa que se parezca a sus prejuicios.
En tiempos cuando las nuevas tecnologías de comunicación desalientan el pensamiento crítico en favor de la reproducción de frases hechas y estereotipos visuales, y líderes de opinión se dedican a sembrar la incertidumbre, poca esperanza puede haber en que el camino a las elecciones de 2019 esté libre de grandes y peligrosos obstáculos.