Medio: La Patria
Fecha de la publicación: miércoles 12 de diciembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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El Cardenal Ticona amplió su opinión al respecto, reconociendo que "de lo que yo vivía y he vivido con la gente pobre, está mejor (Bolivia). A pesar de que no soy del partido de Evo, si no es mi amigo, veo que está bien, pero ahora que estamos peleando, puede ser también para un atraso o una ruina, porque al final tampoco estoy de acuerdo que uno nomás gobierne", afirmó el Cardenal.
La declaración lograda y difundida por un medio televisivo privado, por supuesto que causó revuelo, por lo menos en los límites en que se manejan ciertas condiciones de amistad del Jefe de Estado con algunas autoridades representativas de sectores como en este caso la Iglesia.
En todo caso la jerarquía eclesial ha estado reuniéndose en días pasados analizando la situación del país, no precisamente con fines políticos como lo remarcan algunas autoridades ministeriales y parlamentarios oficialistas, cuando además culpan a la Iglesia Católica de estar alentando la violencia entre los bolivianos. A propósito del tema, el Arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, respondiendo a las insinuaciones oficiales, pidió a los bolivianos "no caer en la tentación de la violencia, en medio de la reactivación de las protestas en contra de la repostulación del Presidente Morales".
La autoridad del Sínodo de Obispos recordó que "siguiendo el ejemplo del Cardenal (Julio Terrazas y de Juan el Bautista, testigos valientes del evangelio de la vida y del amor, no caigamos en la tentación de recurrir a la violencia y seamos más bien forjadores de paz, en el respeto de la dignidad de toda persona, independientemente de lo que piensa, impulsando los valores de la justicia, la libertad y la verdad, fundamentos indispensables de toda democracia".
Aunque no han surgido respuestas específicas a la opinión del Cardenal Ticona, por supuesto que su punto de vista ha "calado" con profundidad en algunos elementos del Gobierno que han salido por el lado más simple, el de insinuar que "los jerarcas de la Iglesia Católica alientan la violencia".
Es parte de la confrontación de ideas, desde la palestra púbica, por así señalar a los gobernantes y sus seguidores y desde el púlpito religioso, donde se expresan los representantes de la Iglesia, que además son fieles intérpretes de las inquietudes, los deseos y las ansias del pueblo de vivir pacíficamente, pero al mismo tiempo con pleno respeto a los derechos humanos, la democracia y las libertades vigentes.
Estamos ante posiciones radicales de sectores, con plazos para emplazar vigilias y ayunos voluntarios, pero por otro lado con el anuncio de "movimientos políticos" que amenazan "cercar" las ciudades. Una situación sumamente delicada, conflictiva por las posiciones de las partes y una esperanza, que justamente se origina en la Iglesia, cuando pide a los bolivianos "no caer en la tentación de la violencia". Lo más sensato en este tiempo de grandes dudas y peligrosas amenazas.