Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 24 de diciembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
El 3 de diciembre votaron millones, en especial jóvenes que se sienten frustrados. Los del MAS dirán que son los millennials quienes se dejan influenciar por la derecha y el Imperio. Están equivocados. Somos millones de jóvenes frustrados y enfurecidos, porque a lo largo de nuestra niñez y juventud, para muchos, no hemos visto una transición sana de gobierno. Muchos de nosotros solo tenemos en nuestras mentes la imagen de un presidente; es algo que debilita y entristece, puesto que no hay una transición ni nuevos aires.
Contenido
En tiempos de democracia vemos un totalitarismo competitivo que a lo largo de 10 años ha ido consolidando una fuerza gubernamental impenetrable, que es el MAS, que tuvo el apoyo de viejas generaciones de izquierda. Estas viejas generaciones entorpecieron el camino a las nuevas, a pesar que ahora muchos de ellos se arrepienten.
Recordemos que desde la Calancha nuestra Constitución no ha sido consensuada (que los del MAS se vanaglorian al decir que es producto de “los movimientos sociales”), fue algo impuesto y prematuro, algo aberrante que ha permitido que hoy votemos por un grupo de abogados ignaros de la Ley que “velarán por el cumplimiento de la CPE y las leyes bolivianas”.
Recuerden, los tribunos salientes de hoy arremetieron una estocada patrocinada por el gobierno contra el sistema interamericano de derechos humanos y contra nuestra propia constitución. Permitieron que el referéndum del 21F del 2016 (el cual es vinculante) sea desconsiderado y que el voto de millones de bolivianos sea burlado.
Gobiernos como los del MAS nos muestran la perversión del poder, pero vemos sus debilidades porque están desesperados, porque ya no saben cómo más aferrarse al poder. Teorizan y fundamentan cuestiones irrefutables como las interpretaciones aberrantes de la Declaración Americana de DDHH; o encarcelan a jóvenes que están enardecidos por un gobierno perenne y corrupto (como Alfonso Torrico, a quien lo detuvieron al pedir que los jóvenes nos unamos contra Evo).
Lo de hoy no fue un voto inconsciente, el voto NULO es un síntoma de la frustración y cansancio que sentimos como bolivianos frente a un gobierno totalitario. Ahora serán los tiempos de los jóvenes, de quienes las plataformas del 21F han dependido. Si toca rebelarse contra el opresor: “considera[mos] esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión (Declaración Universal de DDHH)”. Hoy son tiempos de cambios, hoy y mañana serán tiempos de los jóvenes.
