Un periodista de gran trayectoria hizo esta pregunta en su cuenta de Facebook. Las respuestas de los internautas variaron desde “es difícil, pero no imposible”, “si la oposición se une, sí” o “si se controla la votación para evitar fraude, se puede ganar”, hasta las más pesimistas que señalaban que el Gobierno ya montó un fraude que garantizará su victoria o que es imposible pensar que Evo Morales irá a unas elecciones a perder.

Pero viendo los hechos y la historia, sí es posible vencer al MAS. No es la primera vez que grupos de poder manejan las instituciones del Estado y quieren amoldar las normas a su gusto, para sacar ventaja en las ánforas. Pasó con los gobiernos de facto y también, en gran medida, con los de la democracia pactada. Y ahí, en esas condiciones, el pueblo terminó triunfando y la democracia sobrevivió.

Tampoco es la primera vez que hay un proyecto de país que empieza con una fuerza de tsunami y termina agotándose. La gestión del MNR inició con la revolución más importante del siglo XX, en Bolivia, y su legado perduró por décadas, con diferentes presidentes, pero por décadas. Y también hubo afanes de prorroguismo con Paz Estenssoro en 1964, intentona que si bien logró consagrarse, terminó iniciando una serie de gobiernos de facto.

En esas condiciones, el pueblo y la democracia también supieron levantarse y superar tan contrarias condiciones.

Entonces, hoy en día no hay ningún motivo para pensar que con el actual gobierno del MAS se han acabado las energías democráticas del país, y menos pensar que no hay salida a este embrollo en el que nos ha metido a todos el oficialismo.

El partido gobernante aportó cambios de trascendencia al país, sobre todo en temas de inclusión social y económica. Pero hoy parece que no tiene mucho que ofrecernos, más que un binomio del que dependería, según ellos, nuestro futuro.

Editor de la sección País de Los Tiempos