Medio: El Día
Fecha de la publicación: viernes 07 de diciembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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El voto sacó a la humanidad de las tribus, de los feudos, de la tiranía de los reyes que se creían descendientes de Dios y, por lo tanto, predestinados para hacer las leyes y aplicarlas a su gusto.
El voto es una de las mayores expresiones de la libertad del individuo. Le da poder para aportar en la solución de los problemas públicos sin la necesidad de usar la fuerza; le permite construir un futuro común mucho más promisorio y, de hecho, la prosperidad mundial dio un salto gigantesco gracias a la democracia, inmensamente más significativo en comparación con miles de años de imperios, reinados, monarcas, tiranías y cualquier otro sistema político que se haya experimentado.
El voto le da sentido a la democracia. Sin la decisión de la gente, sin el respeto al contrato existente entre el pueblo y los que reciben el mandato de obedecer la voluntad popular, la sociedad inmediatamente retrocede a estadios menos evolucionados de la historia; la convivencia se hace difícil y la violencia asoma como el único método de dirimir las diferencias inevitables y siempre presentes en cualquier grupo humano, grande o pequeño.
Precisamente ese acuerdo es el que se ha roto en Bolivia. Los gobernantes que prometieron obedecer al pueblo en todo momento, han decidido seguir su propio camino; se han inventado formas extrañas de argumentar la legitimidad y métodos mucho más extravagantes de sostener la legalidad, dos elementos inexcusables para mantener con vida la democracia.
Formalmente habrá voto en Bolivia, tanto en las elecciones primarias como en los comicios generales de octubre de 2019, pero se trata de un sufragio manipulado y amenazado de fraude, con candidatos que surgen justamente de la violación de la voluntad soberana de la población, sin el consentimiento de la mayoría para volver a presentarse como candidatos.
En estas circunstancias, al pueblo no le queda otra opción más que recuperar el voto con las armas que le brinda la propia democracia, con los métodos que ha usado a lo largo de la historia para enfrentar a los impostores que en pleno siglo XXI continúan buscando la manera de involucionar hacia formas de organización social que han sido superadas por su ineficacia, por la violencia y la desigualdad que traen consigo.
La rebeldía ciudadana es un derecho ganado y debe ser ejercida por todos los medios posibles. Se trata de la expresión genuina de las masas, el idioma de la libertad, la voluntad más democrática y al mismo tiempo, el único método de restablecer la soberanía traicionada.
La rebeldía ciudadana es un derecho ganado y debe ser ejercida por todos los medios posibles. Se trata de la expresión genuina de las masas, el idioma de la libertad, la voluntad más democrática y al mismo tiempo, el único método de restablecer la soberanía traicionada.