Medio: Jornada
Fecha de la publicación: jueves 06 de diciembre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Eso de que “la historia los juzgará” no viene al caso, porque la reacción de los bolivianos se hace patente y la protesta se multiplica.
Los del TSE, todos, cuyos nombres estarán marcados por siempre como conculcadores del Estado de Derecho y de las libertades democráticas, lo mínimo que deben hacer es renunciar, cumplieron el plan que desde hace tiempo se denunciaba por dirigentes del magisterio, profesionales de derecho, colegios de abogados y de médicos, comité de defensa de la democracia, Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, tienen por delante el baldón y estigma de haber perjudicado a todas las generaciones, que no podrán, ojala sea por mínimo tiempo, postularse como dignatarios de Estado.
Mi deseo es que no haya enfrentamientos ni violencia, pero la verdad es que cuando se agota la paciencia reclamando, insistiendo, se respete la Constitución, la decisión del soberano mandante y la respuesta es la cruel determinación de burlarse del voto ciudadano, la insurgencia, como señalaban estrategas del comandante “Marcos” de Chiapas México, “ya no puede ser contenida”.
En un pueblito de Perú, cercano a Ica y Nazca, dirigentes campesinos que reclamaron por más de una década que el gobierno peruano los atienda en sus necesidades y cumpla sus promesas de respeto a la Ley, se cansaron de esperar y surgió Sendero Luminoso, cuyos principales actores en el Perú, expresaron: “Cuando se pisotea todo reclamo basado en la Ley, Constitución Política, en lugar de atender los requerimientos del pueblo se los reprime, no hay otra alternativa que la insurgencia y la lucha en la calles”.
Dios libre a los bolivianos de ingresar en la vorágine de la violencia por culpa, ni duda quepa, del total de los miembros del Tribunal Supremo Electoral, que de “supremo” nada tiene. Dios salve a nuestra patria de elementos, como los del TSE, que en lugar de lograr la convivencia civilizada provocan la discordia entre bolivianos.