Medio: La Razón
Fecha de la publicación: domingo 02 de diciembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
I) Siendo únicos los nueve binomios inscritos, no tienen sentido las elecciones primarias, programadas para enero. Lo sensato sería suspenderlas y dejar abierta la discusión para mejorar este mecanismo democrático para el futuro. El país no solamente se ahorraría un irritante gasto totalmente inútil (cerca de Bs 30 millones), sino que además sería un tanto menor el desgaste y la pérdida de legitimidad del Órgano Electoral, sobre todo por las militancias truchas que no han sido aclaradas de manera convincente.
II) La oposición ha sido incapaz de forjar una coalición unitaria para enfrentar al gobierno del MAS. Peor aún, mostró sus hilachas internas y la fragilidad de sus acuerdos sin fundamentos programáticos y al mejor estilo de las pugnas caudillistas.
III) La dispersión opositora es tan grande que está repartida en por lo menos seis fórmulas diferentes. 1) Ortiz-Rodríguez por la fracturada alianza UN-Demócratas.
2) Patzi-Mendieta por el original Movimiento Tercer Sistema (MTS) del Gobernador paceño. 3) Cárdenas-Peinado (imitadores de Bolsonaro) por la UCS, partido del que son propietarios los descendientes de Max Fernández. 4) Paz Zamora-Barriga con los saldos en liquidación del Partido Demócrata Cristiano (PDC). 5) Lema-Untoja, del viejo MNR que se niega a morir y se presta un candidato a la vice de las filas de un extraño indigenismo antes aliado de Banzer. 6) La candidatura de Carlos Mesa y Gustavo Pedraza (postulante “camba” a la vicepresidencia) se alza en la perspectiva como uno de los polos de la contienda electoral. Para ello utilizan una sigla prestada de cuatro amigotes del FRI, pero tienen el apoyo del alcalde paceño Revilla, de Sol.Bo, el volátil respaldo de un conjunto de “plataformas ciudadanas” y se atiene a los sondeos, que incluso antes de ser candidato daban al expresidente un alto nivel de preferencias.
IV) Hay dos siglas con sus correspondientes binomios, FPV y PAN-BOL, que parecen salidos de la manga de algún prestidigitador. El TSE le debe al país una explicación sobre estos partidos que nadie sabe cómo obtuvieron de la noche a la mañana sus registros, quienes están detrás de ellos y qué intereses sirven.
V) Por supuesto el otro polo será, ni duda cabe, el MAS-IPSP, que contra viento y marea impondrá la repostulación de Evo-Álvaro, a riesgo de descalabrar aún más al Órgano Electoral, ya afectado por las significativas renuncias de dos de sus más altos personeros.
Aunque muchas cosas pueden ocurrir todavía hasta las elecciones, varios analistas coinciden en pronosticar que más del 80% del electorado se distribuirá precisamente entre esos dos polos: Evo-Álvaro versus Carlos-Gustavo. Y si esto es así, una segunda vuelta podría definirse a uno u otro lado por márgenes muy estrechos.
En las cúpulas del oficialismo se advierte un marcado triunfalismo, hablan incluso de una “paliza” a los opositores; pero se les puede quemar el pan en la puerta del horno. Entre muchas señales que restan apoyo en vez de sumar están la repostulación misma basada en una argucia legal (lo que entrega a los opositores la bandera de la defensa de la democracia, la Constitución y las leyes); el uso inocultable del aparato del Estado con fines propagandísticos; la conversión de la Justicia en ley del embudo, ancha para los oficialistas y delgada para los opositores; la insuficiente información sobre la gestión pública y el hostigamiento a medios de difusión y periodistas; el debilitamiento de la institucionalidad, que abre camino la corrupción; el tolerado y al parecer estimulado llunkerío de los mandos policiales; la frecuente falta de correspondencia entre lo que se dice y lo que se hace; generalizar como “derechistas” a todos los que critican o se oponen. En fin, la lista sería de nunca acabar.
Es periodista.