Medio: El Deber
Fecha de la publicación: jueves 29 de noviembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Las precandidaturas Mesa-Pedraza son un reflejo del aumento del nivel de politización de las clases medias en Bolivia. Una situación sin parangón en las elecciones 2014, 2009 y 2005, pero que en la coyuntura preelectoral 2019 tiene una connotación particular por dos motivos: el desconocimiento del 21-F por el gobierno y el cansancio con la corrupción. Ahora bien, ¿Cuáles son las debilidades y fortalezas de la nueva dupla? Veamos las debilidades:
1) Que el 8-D el TSE niegue la participación en primarias del binomio por motivos varios. 2) En caso de ser habilitados, el binomio carece de una estructura partidaria nacional con capacidad de articulación de sectores populares del campo y ciudad. 3) Prácticamente solo tienen 10 meses para construir una fuerza política con mandos medios y bases populares.
4) Si los comparamos con Bolivia Dijo No y el MAS (gobernación, alcaldías, burocracia estatal, propaganda gubernamental, etc.), es evidente que sus recursos de poder son limitados.
5) El precandidato a vice (Pedraza) no es conocido por el populacho. Tiene que trabajar a tiempo completo para que las bases del pueblo lo vean cara conocida. 6) El discurso político de ambos es limitado en cuanto al replanteamiento de lo nacional-popular.
Veamos cuáles son las fortalezas:
1) Unión de un mediático-político con un tecnócrata-mediático. Es decir, ambos saben cómo desenvolverse en los meandros de los medios de comunicación de masas (principalmente la TV).
2) La formación académica (maestría en Harvard) del precandidato a vice es un equilibrio necesario desde la perspectiva del manejo técnico del Estado, lo cual es una condición que invita a imaginar un debate teórico-académico con el vicepresidente García Linera sobre asuntos de la cosa pública.
3) La articulación de dos actores políticos representantes de los departamentos con mayor número de electores. 4) La articulación con un bloque de plataformas ciudadanas de mujeres y jóvenes que saben del manejo de redes sociales.
5) De acuerdo a encuestas (octubre), Carlos Mesa tiene una posición considerable en la preferencia ciudadana. 6) El apoyo de la estructura de SOL.bo y el liderazgo regional de Luis Revilla en la sede de Gobierno.
Considero que la nueva dupla no necesariamente es una renovación generacional de la clase política boliviana, pero sí se puede reconocer como una propuesta política (todavía no conocemos su programa político) que tiene como base electoral a mujeres y hombres jóvenes con ideas innovadores. Habrá que esperar a ver si las demandas de las plataformas ciudadanas son la vanguardia del discurso político de la dupla, o en su defecto, no dicen nada nuevo y seguimos con los mismos relatos de hace más de una década.