Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: jueves 29 de noviembre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Sucede que el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) publicó la Ley de Organizaciones Políticas, la cual obliga a los partidos políticos a realizar “elecciones primarias” internas antes de las Elecciones Nacionales para elegir a sus candidatos a presidente y vicepresidente. El 19 de octubre de 2018 se lanzó la convocatoria y el 28 de noviembre de 2018 se recibieron las inscripciones de los binomios. El 8 de diciembre, el Tribunal Electoral dará su fallo sobre la candidatura de Evo Morales y el 27 de enero de 2019 cada partido político internamente realizará sus comicios electorales para elegir al binomio presidente-vicepresidente que los representará en las elecciones nacionales de 2019.
Lo singular de esta ley es que en su Art. 29 numeral I determina que los partidos y las alianzas podrán inscribir a “uno” o más binomios para la elección primaria. Se supone que los partidos van a presentar una sola candidatura por muchas razones –una de ellas el factor económico– incluyendo al partido de gobierno, ya que a nadie se le ocurriría enfrentarse a su jefe y al genio intelectual de García.
Entonces, cuando los partidos políticos inscriban una sola formula o candidatura, el 27 de enero próximo, sus militantes tendrán que ir al recinto electoral y emitir su voto por la única candidatura, desvirtuando lo que es una elección y los vocablos de “elegir”, “escoger”. El diccionario Grijalbo define a la elección como la acción y efecto de elegir , opción o libertad de decidirse entre varias alternativas y de “escoger”, tomar alguna cosa entre varias.
Una “elección”, necesariamente, tiene que ser entre dos puntos antagónicos, pues yo no podría elegir entre lo bueno y la bondad; lo mismo para escoger debo tener dos o más opciones; por ejemplo, escoger entre el frío y el calor o lo tibio. En un hipódromo debo apostar mi dinero por uno de los seis o cinco caballos en competencia, por cierto que jamás organizarían una carrera con un solo caballo. En el deporte, un boxeador sube al ring para enfrentarse a otro boxeador.
Ahora bien, nuestros asambleístas, con un admirable ingenio y talento, echaron por tierra toda el lenguaje español y la doctrina del Derecho Político y del Derecho Constitucional, inventaron un nuevo sistema electoral de carácter universal para el futuro, realizando comicios electorales con un solo candidato.
El 27 de enero de 2019, fecha de las elecciones primarias , se paralizará el país, se habilitarán los recintos electorales, generalmente en escuelas, se trasladaran y repartirán las ánforas, se instalará un Jurado Electoral compuesto por tres personas y tres suplentes, a quienes se les dará un estipendio, la merienda y refrigerios. Se proveerá de material, libros de actas y las papeletas de sufragio, que siendo uno sólo el candidato, será también la única.
El sufragante al votar entrará a un recinto privado para emitir su voto, la ley exige que el voto sea “secreto” para que nadie observe por cuál de los candidatos votará. Y siendo uno solo el candidato, toda esta actuación resulta ser un drama tragicómico innecesario y ocioso, puesto que el votante no tiene nada que elegir o escoger, y menos en secreto. Resulta pues un derroche de energía, tiempo y, más que todo, de dinero, que saldrá del los impuestos de los bolivianos.
En cualquier contienda electoral en la que se presenta un solo candidato esta elección se la declara “desierta” por un principio de elemental lógica.
No obstante la claridad del hecho, los asambleístas del partido MAS en la referida ley elaborada por ellos impondrán la genial y singularísima nueva forma de convocar a elecciones con un solo candidato.
A simple vista parece absurdo, pero el trasfondo político es la seguridad de que el 8 de diciembre de 2018, el Tribunal Electoral habilitará la candidatura de Morales y García. En el partido gobernante en la tal “elección primaria”, el millón y fracción de militantes que tiene votará por su binomio archiconocido, y después de esta tramoya electoral gritarán a los cuatro vientos que su partido político es el más grande que hay y que hubo en Bolivia; y, por lo tanto, su binomio debe y tiene el derecho a ser repostulado. De esta manera justificarán y reforzarán la decisión del Tribunal Electoral al habilitarlos como candidatos.
Rafael G. Julio Quiroga es abogado.