Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: martes 27 de noviembre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Todo el mundo da por descontado que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) habilitará la candidatura ilegal del presidente Evo Morales y del vicepresidente Álvaro García Linera para las próximas elecciones primarias y también para las generales. Parece que nadie le tiene fe a la institución comicial y que las cartas, por lo menos por esos lares, están ya echadas.
Pero es necesario hacer el ejercicio, por lo menos, de imaginar que la institucionalidad va a funcionar y que el TSE tomará la decisión correcta. Hay que imaginarlo para tomar conciencia de la importancia de la institucionalidad y de las leyes, por encima de los deseos y ambiciones personales, que hoy por hoy, son las que priman.
Lo primero que sucedería sería que el MAS enjuicie a los vocales, tome las calles, bloquee algunas vías y haga multitudinarios cabildos. Todo el aparato oficialista se volcaría contra los siete vocales. Pero, con el tiempo, esto cesaría, las cosas se equilibrarían y el MAS buscaría otro binomio, recuperando la democracia y la alternancia interna, como debe ser.
La oposición también sentiría los efectos. Se fortalecería, por lo menos por un tiempo, y buscaría su tan ansiada unidad. Con el tiempo, también sería interpelado y generaría procesos internos de renovación. La gente, viendo lo que sucedería con Evo, exigiría lo mismo a la oposición: alternancia y cambio.
Los vocales serían tal vez y por un tiempo, los más perjudicados, ya que el bloque duro y antidemocrático del MAS no permitirías semejante afrenta a sus intereses. Pero para la historia no pasará desapercibido que un grupo de valientes decidió tomar el camino del equilibrio y la democracia, y no la vía al descalabro. Todos lo recordaremos.
La democracia y la ciudadanía serían las grandes ganadoras. No los partidos ni los políticos. Se sentiría que el Estado funciona, que vivimos en democracia plena, que las instituciones quedan, que se puede confiar en algo. ¿Será soñar mucho?
Editor de País de Los Tiempos