Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 26 de noviembre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Lazarte, que además es politólogo, anticipa que la profundización de la bifurcación sociopolítica del país tiene que ver con el dilema que tiene el TSE: dar cumplimiento al mandato popular del 21 de febrero de 2016 que le dijo “no” a la reelección del presidente Evo Morales por otro periodo o cumplir con el fallo del Tribunal Constitucional de 2017, que obvia dicho mandato y viabiliza la repostulación el 2019.
"Obviamente que la situación se agravará si el Órgano Electoral ratifica que el mandato del 21F es vinculante, el conflicto de poderes es inevitable, sin posibilidad de solución jurídica. Cuando eso ocurre, no habrá otro escenario que las calles", precisó.
Suma de improvisaciones. Lazarte, en contacto con El Día, aseguró que el TSE pasa uno de los momentos más difíciles, pero no tanto por la limitaciones o deficiencias en el manejo o administración del padrón electoral y las múltiples observaciones que se registran en este momento, sino por la fuerte presión política e injerencia de poderes que son ejercitados desde el Gobierno central, lo que hace que muchas observaciones, entre ellas más de 100 establecidas en última auditoría al padrón por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Es que hay mucha improvisación, debido a que el TSE está sometido a constantes presiones políticas. Por ejemplo, los plazos para las elecciones primarias están forzando tareas administrativas y logísticas de manera muy improvisada, cuando había una necesidad de trabajar con tiempo y mejorar las fallas de viejos vicios", enfatizó el exvocal.
Un proceso de 30 años. Según Lazarte, desde la instauración de la democracia el 10 de octubre de 1980, se tuvo 30 años de administración electoral con una serie de problemas y vicios a ser mejorados en cada periodo. En ese contexto, señala que la desconfianza fue latente en cada proceso electoral de la ciudadanía, lo político con respecto al órgano electoral.
Pero, dice el exvocal, esa desconfianza se ha agravado aún más en los últimos días. "Desconfianza siempre hubo, pero dentro los márgenes tolerables, pero con los últimos acontecimientos, con registro de militantes “truchos”, la situación es preocupante, que podría llevar a una estabilidad política de Bolivia", finalizó.