Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: lunes 26 de noviembre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Este miércoles 28 de noviembre termina el plazo dado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) a los partidos y coaliciones para inscribir binomios para las elecciones primarias y generales de enero y octubre de 2019, respectivamente. En este caso, cada binomio es una sola fórmula que no puede repetirse en otros binomios.
Una vez que se inscriban los binomios comienza la primera parte del proceso electoral de 2019, con una precampaña de actos públicos por parte de las y los candidatos entre el 28 de noviembre y el 23 de enero, así como propaganda gratuita en medios estatales entre el 7 y el 23 de enero. Un paso previo se dará el 8 de diciembre, cuando el TSE dé a conocer los binomios habilitados.
El 24 de enero comienza el silencio electoral, y el 27 de enero se producirán unas elecciones primarias inéditas en la historia boliviana, en las que los militantes de los partidos o coaliciones votarán por el binomio que decidan. Los partidos o alianzas pueden inscribir uno o más binomios. Es previsible que, con éstos ya definidos, se lance una larga campaña electoral que dure, aunque sea de manera no oficial, entre febrero y octubre.
Hasta el momento, el único definido es el del MAS-IPSP, con la fórmula Evo-Álvaro que tan buenos resultados ha dado. Está por definirse quién será la persona que acompañe a Carlos Mesa en la alianza que mantiene con el alcalde de La Paz, Luis Revilla, y es predecible que la alianza Unidad Nacional y Demócratas registren dos binomios que compitan en las primarias. Jaime Paz Zamora ha presentado a Paola Barriga como su acompañante, pero hay pugnas dentro del PDC, pues otro grupo apoya a Norma Piérola.
Es más que previsible que Carlos Mesa escoja a una mujer no vinculada a partidos políticos del neoliberalismo, para reforzar la imagen ciudadana que viene construyendo de acuerdo con los principios del marketing electoral. Pero será complicado para Mesa borrar su condición de exvicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada y luego presidente de la penúltima administración neoliberal.
Más allá de la inscripción de ciudadanos y ciudadanas que no habían dado su firma en un padrón electoral que el TSE tiene la obligación de depurar, es importante que normalicemos tanto el hecho de unas primarias como que la disputa (porque la política es confrontación de proyectos e ideas) debe ser electoral, y no confrontacional, en las calles, escenario que podría intentar impulsar un sector de la derecha boliviana, tanto política como mediática.
En las próximas semanas, el TSE debe tener una mayor responsabilidad en la gestión del padrón electoral y no ceder a la presión de grupos que pretenden inestabilizar el país; exijamos responsabilidades, incluso jurídicas si las hubiera, a los partidos que hayan violado la ley electoral inscribiendo militantes ‘truchos’; exijamos a los binomios que informen de sus propuestas y proyectos de país; y exijámonos también como ciudadanía responsable un proceso preelectoral y electoral democrático, sin mentiras ni subordinaciones a los factores externos de poder. La derecha quiere retomar el poder para volver al pasado, pero otros apuestan a tener un Presidente y Vicepresidente que sigan conduciendo a Bolivia hacia una segunda y definitiva independencia.