Además de la amenaza de actividad hidrocarburífera exploratoria en la zona,    la construcción de la carretera en el primer tramo de 40 kilómetros  entre Villa Tunari e Isinuta, cuya prolongación conecta con la reserva sigue imparable. 

Según Bernardo Zubieta, vicepresidente del Concejo Municipal de Villa Tunari, uno de los municipios del trópico de Cochabamba, los 40 kilómetros desde El Castillo (desvío de la vía troncal entre Santa Cruz-Cochabamba), hasta Isinuta ha quedado completamente asfaltado. De ahí falta la segunda fase, tiene que continuar hasta San Ignacio de Moxos", informó.

Dos empresas en la construcción. Dos empresas la Asociación de Mantenimiento Vial (AMVI), cuya  constructora comunal pertenece a las seis federaciones de campesinos del trópico de Cochabamba, y de la Empresa Sergut, tienen la misión de llevar adelante la construcción del tramo I del proyecto Villa Tunari hasta Ichoa de algo así de 50 kilómetros con destino a San Ignacio de Moxos, que indefectiblemente involucra con el Tipnis. 

Según Zubieta, una vez concluido el tramo Villa Tunari- Isinuta, ya se ha culminado con la construcción de la plataforma hasta Ichoa.  En dicho tramo de seis puentes por construir, tres ya están concluidos, faltando ejecutar tres puentes más sobre los ríos Isiboro, Bolívar y el río Isisi. 

"Son dos empresas con el trabajo, cuyo avance está en un 80%. Es cierto que hay gente que quiere perjudicar el desarrollo de esta región donde habitan al menos diez mil familias, dedicados a diferentes sistemas de producción. No es cierto que solo se produce hoja de coca", respondió.

La polémica sigue intacta. Los cocaleros del Chapare, en contacto con El Día, manifestaron al unísono que son sectores de la derecha los que se oponen a la construcción de la carretera al Tipnis, donde hay comunidades campesinas, indígenas  no tienen medios y accesos viales para sacar sus productos agrícolas, además de la hoja de coca. 

"Nosotros a lo largo de todos estos años hemos luchado para que nuestras comunidades tengan caminos apropiados para sacar sus productos. Los que se opusieron al Tipnis, lo hicieron solo de manera política respondiendo a las maniobras de la derecha, en el fondo los campesinos e indígenas solo piden salir del aislamiento en el que históricamente han vivido", señaló Luis Veizaga, máximo ejecutivo de la Seis Federaciones de Cocaleros del Trópico de Cochabamba. 

A su vez, Segundina Orellana, ejecutiva de la Federación del Trópico, señaló que sobre esa vía se encuentran llevando adelante el desarrollo integral con coca, con respeto del cato de coca y la diversificación productiva basada en piña, plátano y la piscicultura. "Para sacar nuestros productos necesitamos tener carreteras apropiadas. Nosotros no estamos en contra de la preservación del Tipnis. Por eso apostamos desde hace varios años el desarrollo integral", justificó Orellana.

En respuesta de todo ello. Diferentes plataformas y colectivos a tiempo de admitir que la construcción de la carretera rumbo al Tipnis avanza sin atenuantes, denuncian que lo más grave de todo ello es que se hace sin establecer el cumplimiento del impacto ambiental y bajo una manipulada consulta previa que en los hechos no es. 

Según el colectivo Salvaginas, lo grave es la violación a los derechos de los  pueblos indígenas.

"Geopolíticamente está claro lo que está pasando porque esta carretera responde a intereses de unos pocos y no de las personas a las que se les está afectando no solo como personas sino sobre sus territorios", precisó Grecia Tardío, activista de dicha organización.  En tanto, Fernando Vargas, exdirigente de los indígenas del Tipnis, dice que lo grave es que el gobierno políticamente los ha divido a su organización  restándole toda la fortaleza a la resistencia para evitar la construcción de la carretera por la reserva natural.  "Lo más grave de todo es que tenemos dos dirigentes, uno que es afín al MAS, a cargo de Domingo Nogales y otra liderada por Fabián Gil, presidente de la subcentral del Tipnis. Lo concreto es que la carretera no nos beneficiará en nada más que a los cocaleros que cada día van avanzando sus cocales a toda la zona", denunció.

2011 Octava marcha 
Fue el punto de quiebre para el gobierno de Evo Morales en su postura ideológica.