Medio: Nuevo Sur
Fecha de la publicación: lunes 11 de diciembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
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Entre tanto…
Marcel Ávila Reese
Lo dijo, hace poco, un abogado constitucionalista que el actual
presidente y vicepresidente están “inhabilitados para postular a una
nueva gestión de Gobierno”, dio explicaciones sobre el fallo del
Tribunal Constitucional Plurinacional, básicamente este no “anuló el
referéndum del 21 de febrero”, basado en la ley del órgano electoral y
en el Artículo 11.2 de la Constitución Política del Estado.
Desde el Movimiento Al Socialismo se dice que no hay inhabilitación, que
se respetó el referéndum de 21 de febrero y que los actuales primeros
mandatarios tienen el respaldo de una sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, pero tampoco se aclara
suficientemente en qué consiste y cómo puede ser interpretada,
considerando que una Ley del Órgano Electoral y la propia Constitución
Política del Estado boliviano son el marco de referencia e
interpretación.
Entre tanto la gente demanda legitimidad a su voto, de hecho la mayoría
de los ciudadanos no están al tanto ni conocen a profundidad las leyes,
pero eso no impide que, al menos, tengan un criterio claro sobre lo que
sucede.
Es necesario que los debates sobre este asunto, sean en términos
asequibles, hayan espacios para la discusión donde no se hablen
cuestiones jurídicas poco claras para la mayoría, sino lo contrario se
haga eco de ideas claras, conceptos definidos y entendibles para que la
gente pueda sentirse confiada, motivada en todo momento a participar de
temas que, por ahora, parecen solo tratarse en niveles académicos y
políticos no tan entendibles para la mayoría.
Como sea, la decisión ya está dada. Habrá repostulación y la gente de
toda Bolivia deberá una vez más elegir a sus gobernantes aunque haya
perdido la confianza en el proceso electoral, porque siente que no
refleja la voluntad ciudadana.
Recientemente, en todo el país, las pasadas elecciones para autoridades
judiciales demostraron ese descontento al haberse impuesto el voto nulo.
Sin embargo, para las leyes y las normas que rigen los comicios
electorales este resultado no tiene significado legal, y tenemos ahora
autoridades electas con una minoría de votos.
¿Hacia dónde nos llevará esta realidad? Será que habrá cada vez menos
electores dispuestos a dar su voto de aceptación, pero aun así tendremos
a elegidos por una minoría que representa ¿qué? Porque tal minoría no
representa la confianza de la mayor parte de la población, que debería
tener por su democracia.