Medio: La Patria
Fecha de la publicación: miércoles 21 de noviembre de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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Ese documento señala también que el título fue conferido a S.E. por sus aportes "indiscutibles" para cambiar el mundo, en especial los relacionados a los pueblos "indígenas", la "naturaleza" y el "progreso de la humanidad". Al parecer, los otorgantes no tuvieron la oportunidad de visitar Roboré, Chaparina, o el Tipnis.
En respuesta, el mandatario agradeció esa distinción manifestando que: "Dicho manifiesto tan importante no era para él, sino para los movimientos sociales en Bolivia".
Posteriormente, al ser requerida su opinión acerca de su repostulación a un cuarto período de gobierno, contraponiéndose a la solemnidad del acto, y haciendo a un lado la toga, el birrete y los ostentosos símbolos de nombramiento, sus declaraciones tomaron otro rumbo y, muy suelto de cintura manifestó haberse acostumbrado mucho a la residencia presidencial, y que ahora su problema es no querer salir. "Todo a pedido del pueblo".
El mandatario, que ya lleva casi 13 años en el poder, aseveró que a través de la historia de Bolivia hubo en promedio un presidente por cada dos años, suficiente razón para justificar su permanencia casi vitalicia en el poder, pues con esos cambios constantes no se podía planificar un Estado, y los gobernantes se limitaban a sacar plata empero, no tuvo tiempo o voluntad de aclarar la sideral suma de dinero que se gastó durante su gobierno.
Lo notable de tales declaraciones es que fueron formuladas en momentos en que en nuestro país se debate si él está habilitado para repostular a la Presidencia, toda vez que opositores y plataformas ciudadanas dicen que NO, porque lo impide el artículo 168 de la Constitución, ratificado por el referendo del 21 de febrero de 2016, mientras que oficialistas afirman que sí puede ser candidato, en virtud de una sentencia constitucional, que declara la reelección como un derecho humano sin límites.
Lo cierto es que la prensa internacional vuelve a volcar sus ojos hacia nuestro país, por nuestra inveterada costumbre de generar acontecimientos que nos colocan en las primeras planas de los medios, como el auge que viene cobrando nuestra floreciente industria agroquímica del Chapare, cuyo producto final crea un grado de dependencia a sus usuarios, muy difícil de controlar y casi imposible de prescindir. Algo similar a la presidencia, cuando se torna adictiva.