Chonta, como le decíamos sus amigos, era un gran ser humano, con una vida espiritual por encima del promedio. Miraba y ejercía la política con ojos espirituales, cosa muy rara en estos tiempos de corruptos e impostores.

Durante su vida pública ejerció varios cargos: diputado uninominal, asistente técnico del Banco Central de Bolivia, director de la Iglesia Bautista, presidente de la Cooperativa de Teléfonos de Cobija, presidente de la Corte Electoral de Pando, presidente de la Asociación de Ganaderos de Pando, consejero municipal de Cobija, senador de la República y otros.

Su valentía en denunciar el narco-estado le costó el exilio, donde encontró la muerte. Refleja la prensa de la época: "El principal motivo de la persecución política que condujo el senador Roger Pinto Molina a buscar asilo en la Embajada de Brasil en La Paz fue un informe que entregó en el Palacio Quemado en marzo de 2011, según la última publicación de la revista brasileña Veja. El paquete llevaba copias de los informes escritos por parte de agentes de inteligencia de la Policía boliviana, en la que se muestra la participación de miembros del Movimiento al Socialismo (MAS) y altos funcionarios del Gobierno en el tráfico de drogas" (El Día 02-09-13).

A pesar de vivir en el exilio, donde fue muy respetado por la clase política, el senador nunca se desvinculó de la realidad boliviana, amaba entrañablemente esta Patria, y tenía una gran preocupación por su futuro; especialmente lo referido al tema NARCO-ESTADO.

Con referencia a las elecciones 2019, me dijo: "las próximas elecciones en Bolivia no serán entre la derecha y la izquierda, serán entre la democracia y la dictadura". Cuánta verdad hay en las afirmaciones del senador, hoy pocos dudan de la veracidad de sus palabras.

Una pena la muerte de este político, hubiera sido un actor importante, iluminando las próximas elecciones. Hasta siempre senador Pinto.