Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 11 de diciembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
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Tribunos electos prometieron desde libros digitales hasta independencia
Desde la oposición se cree que las promesas
quedarán en “saco roto”, pues se prevé que los magistrados “obedecerán”
al Gobierno. El MAS considera que el cambio depende de la voluntad de
los elegidos.
Implementar libros digitales para acabar con la mora procesal, lograr
que los procesos sean online, terminar con la corrupción, ejecutar
sistemas de transparencia, celeridad, y hasta garantizar la
independencia de la justicia, son algunas de las promesas que
realizaron los ahora magistrados electos del Órgano Judicial y Tribunal
Constitucional Plurinacional (TCP).
Para el oficialismo, esas promesas se harán realidad si las nuevas
autoridades judiciales tienen voluntad para ejecutarlas. Mientras que
para la oposición, caerán en “saco roto”, debido a que son las mismas
ofertas que realizaron los tribunos salientes, electos en 2011.
En los 11 años de Gobierno de Evo Morales –y en los seis del Órgano Judicial “renovado”– la administración de justicia no cambió para bien, por el contrario, se profundizó su crisis. Según el Índice de Estado de Derecho 2016, elaborado por World Justice Project, Bolivia se ubica entre los 10 países con “peor administración de justicia”. La situación de la justicia boliviana sólo es superada por Venezuela.
Incluso el vicepresidente Álvaro García Linera aseguró –en enero de 2016– que la Justicia en Bolivia decepciona y que es “uno de los lugares de mayor corrupción y apesta”.
Frente a ese panorama, los candidatos judiciales –preseleccionados por el MAS en la Asamblea Legislativa– durante el proceso de difusión de méritos realizaron diferentes promesas electorales.
Marco Ernesto Jaimes Molina, magistrado electo por Oruro para el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ofertó al electorado “independencia, imparcialidad, capacidad, probidad y celeridad al impartir justicia”, además de “desarrollo de la justicia plural y el neoconstitucionalismo”, entre otras propuestas.
Olvis Egüez Oliva, magistrado electo por el cupo de Santa Cruz para el TSJ, prometió en el ámbito administrativo un “cambio generacional, uso de tecnología, con justicia material pronta y oportuna”.
Orlando Ceballos Acuña, nuevo magistrado del TCP por Chuquisaca, aseguró que la “corrupción, retardación de justicia, serán combatidas desde la praxis de la eticidad andina amazónica: la condición para el ejercicio de la magistratura popular”.
Asimismo, Brigida Celia Vargas Barañado, electa por el cupo de La Paz para al TCP, ofreció una justicia inclusiva, intercultural y despatriarcalizada para todas y todos, en el marco de la Constitución y normas internacionales de Derechos humanos.
En tanto, Georgina Amusquivar, electa por el cupo de Oruro para el TCP, ofertó la creación Libros Virtuales para control de plazos y de esa forma evitar la mora procesal en los estrados judiciales.
Petronilo Flores Condori, electo por el cupo de Potosí para el TCP, prometió elaborar estrategias para eliminar la corrupción de jueces y magistrados. Además planteó una reestructuración de la organización institucional del TCP.
Mientras que el expresidente del TSJ, Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano, ahora magistrado electo del TCP, planteó reformas más internas. Una de ellas es resolver de manera uniforme problemáticas similares sometidas a su jurisdicción, puesto que en la actual existe jurisprudencia dispersa y hasta contradictoria entre sí en la resolución de problemáticas fácticas idénticas, principalmente en acciones de amparo constitucional.
Gregorio Aro Rasguido, tribuno electo para el Tribunal Agroambiental, propuso “la implementación de políticas para un nuevo paradigma de la administración de justicia agroambiental con ética y moral propia que refleje nuestra realidad histórica, social y cultural, en el marco de los derechos de la Madre Tierra”.
Según la diputada opositora Lourdes Millares “no existe ninguna garantía de que se tendrá una justicia transparente, independiente del poder político y al margen de las instrucciones de Palacio de Gobierno... No existe un mínimo de credibilidad”.
Su colega oficialista Mireya Montaño consideró que las propuestas de los nuevos tribunos “han sido muy prudentes” y que dependerá de la voluntad de ellos cambiar la justicia.
“Esperemos que esas propuestas sean cumplidas, va a hacer mucho la voluntad de los consejeros, y la voluntad y desempeño que pongan las máximas autoridades judiciales”, dijo.
PUNTO DE VISTA
Jorge dulón es analista político
“No creo que los tribunos puedan cambiar la justicia”
No es tan fácil decir que van a cambiar de la noche a la mañana la
justicia, un solo magistrado no va a conseguir un cambio sustancial por
más voluntad que tenga. Entonces esto pasa por hacer fuerza dentro del
Órgano Judicial.
Pero también tendrían que incidir en el Legislativo para que tengan un presupuesto adecuado, y ahí recién podrán incorporar los cambios estructurales, desde lo administrativo hasta lo organizacional.
Las promesas de los candidatos han buscado, de alguna manera, obtener votos de las personas para que animen a votar por alguno de ellos. La mayoría ha votado nulo y obviamente están fuera de la realidad, en su mayoría.
Ahora bien, si los magistrados no coordinan con otros órganos del Estado, todas las promesas que realizaron los nuevos magistrados, en su condición de candidatos, van a caer en saco roto y las propuestas van a quedar en el aire.
Hay una cosa importante, ellos pueden ir desarrollando normas, pero las normas no van a cambiar sustancialmente nada, pues estas tienen que ir acompañadas de acciones y esas acciones se va a desarrollar, por una parte, cambiando la estructura cultural de valores que tienen los actores de la justicia. La solución también pasa por el tema económico.
Además, se tiene que recordar qué es lo que proponían los magistrados que han sido electos en 2011. Ellos plantearon cambiar toda la estructura judicial, hacerla más transparente, menos corrupta; pero ahora vemos que en vez de mejorar hemos empeorado. Aumentó la mora procesal, los presuntos hechos de corrupción. La historia se repite, no creo que los nuevos magistrados puedan cambiar la justicia