Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 18 de noviembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
No siempre es fácil hallar esa unidad de fuerzas políticas, pese a que todas ellas (excepción del partido oficial) tienen como rasgo común y determinante el ideal democrático y la voluntad de ir hacia un cambio de régimen y sustituir el continuismo autoritario por una alternabilidad legítima. Sin embargo, la información periodística que se tiene en la materia da algunas pautas alentadoras marcadas ahora por la unidad de algunas fuerzas de la oposición para enfrentar al oficialismo, algo que cabe en el juego democrático, o sea que esa nociva y crónica dispersión de fuerzas políticas estaría descartada. De ahí que se debe persistir en esa unidad de largo alcance para bien del país.
Vemos entonces que los dos procesos electorales que se avecinan (elecciones primarias y elecciones generales) resultan ser dos instancias en las que los partidos políticos y las agrupaciones ciudadanas tendrán que participar en ambas. Y esto que parecería una lógica secuencia dentro de un auténtico proceso electoral como la que ha de darse en Bolivia (elecciones primarias y elecciones generales), tiene que verse más bien como una manipulación preparada por el oficialismo para que puedan repostular ilegalmente dos candidatos (presidente y vicepresidente actuales), contra todo lo que dice la Constitución Política del Estado (art. 168) y la decisión del 21F. Pero ya puede adelantarse que jurídica y políticamente esa repostulación será completamente nula.
En realidad, el título que lleva este breve trabajo debe considerarse como el resumen de nuestro punto de vista sobre lo que significa cada uno de los extremos: si hay unidad ante el desborde autoritario del régimen gobernante, se estaría actuando de acuerdo con lo que demanda el pueblo boliviano: gobierno democrático sin condiciones. O, por el contrario, si no hay unidad de esfuerzos y de propósitos para dar paso a intereses personales o de grupo, se estará haciendo el juego a las pretensiones prorroguistas y dictatoriales del régimen. Y bien sabemos y recordamos que los bolivianos queremos una democracia real y vigente.