Al cierre del registro de las organizaciones políticas que participarán en las elecciones primarias, a efectuarse el 27 de enero de 2019, se han habilitado para competir en la consulta siete fuerzas políticas y dos alianzas.

La irregularidad, en este caso, la ha cometido el Movimiento al Socialismo, porque insistirá en que Evo Morales vaya a una tercera reelección, en octubre de 2019, con lo que violará el referéndum del 21 de febrero de 2016, que dispone que se podrá acceder solamente a una reelección.

Al presente, Morales está cumpliendo la segunda reelección, la primera la efectuó entre 2012 y 2016 y la segunda de 2016 a 2019. De ir a la tercera, en 2019, actuará al margen de la Constitución, por lo que en caso de ganar el eventual mandato sólo se constituiría en un golpe de Estado.

Las elecciones primarias permitirán a los electores no únicamente pronunciarse para las segundas, sino a conocer cómo se va a configurar la consulta general de octubre. Pues, no habrá margen para cambiar la composición de los binomios que se presenten en las primarias de enero próximo.

En todo caso, cuantos más binomios se presenten a las primarias, se dará lugar a establecer, en la oposición, cuál es la que atraería más votos, aparte de la postulación oficialista. Con ello se abriría la posibilidad de establecer cuál es el binomio que puede obtener más respaldo opositor en 2019. Al tenerse esta constatación, el electorado nacional puede pronunciarse a favor de ella, porque tendría la perspectiva de competir en mejores condiciones con el masismo oficialista.

Por supuesto, ello podrá darse sólo en caso que la ciudadanía realmente se resista a otorgar a Morales una nueva permanencia en el poder, como es su pretensión personal. Y no sólo habló de ello, sino que dijo tener en marcha varios proyectos que requieren todavía más tiempo para ser concluidos, por lo que estaría previendo que debe ser nuevamente reelecto en 2019.

En una especie de sinceramiento en su pensamiento político, Morales ha declarado también que teme perder en las elecciones del próximo año, atribuyendo tal posibilidad a lo que llama la “guerra digital”, presuntamente dirigida contra él. Es decir, se refiere a las redes sociales que, en el último tiempo, han adquirido bastante aceptación pública, por estimar, seguramente, que en el presente no hay otra vía para el libre ejercicio de expresión.

Acerca de ello, textualmente expresó que “(nuestra) desventaja es la guerra digital, la guerra de internet, esa es nuestra debilidad. Debemos prepararnos, no por culpa de la guerra digital podemos perder las elecciones”.

Con ello admite, por primera vez, que en las redes sociales se difunde la verdad de lo que sucede en el país; como conclusión de ello reconoce que es la oposición la que se manifiesta por estos medios, lógicamente aprovechando del anonimato que prevalece en sus transmisiones.

Y que, por tanto, a través de ellas, se estaría ejerciendo la libertad de expresión. Admite así que solamente por esa vía puede expresarse este derecho constitucional, porque de ser pública, esto es que los opositores son identificables, puede deducirse, entonces, que podrían ser víctimas de represalias.

Morales sorprende al dar a entender que en los más de 12 años que ejerce el poder siga teniendo proyectos inconclusos. De ello se desprende que pretende gobernar por toda una eternidad y que, al cabo de más de un decenio en el poder, sigue teniendo proyectos por ejecutar.

En todo caso, cuando un ciudadano postula ejercer la Presidencia de la República debe tener en mente que únicamente podrá ejercer el cargo por cuatro años, aunque desde la elección de 2019 se ampliara el periodo a cinco años, por la previsión adoptada en este sentido en las últimas reformas constitucionales de 2016.

Al tener en cuenta que está aspirando a ejercer la Presidencia por un período más, en este caso de cinco años, tiene que elaborar un Programa de Gobierno para ser ejecutado estrictamente en el período al que está aspirando. De manera que no le corresponde decir que tiene proyectos pendientes de ser ejecutados.

Ante esta eventualidad, se puede extraer dos conclusiones. La primera, que fue ineficiente en poner en marcha los proyectos que había elaborado para ejecutarlos en un período de Gobierno.

Y, la segunda, demostraría que engañosamente se presentó a las elecciones generales con un ampuloso programa de Gobierno, por lo que tenía conciencia que no lo iba a aplicar solamente en una gestión, sino que mentalmente tenía previsto prorrogarse en el mando de la nación por todo el tiempo que necesitara o se le ocurriría extender su gestión “hasta completar la aplicación de sus proyectos”.